No te metas con mi fe

«No te metas con mi fe», dijeron los extremistas islámicos que asesinaron a 12 caricaturistas en París en el año 2015.

«No te metas con mi fe», coreaba una turba enardecida, integrada por representantes de los sectores más fundamentalistas de la vía Samborondón, quienes acudieron anoche a PopUp Teatro Café a intentar clausurar el lugar por exhibir una obra que consideraban inmoral, blasfema, y que desde luego sentían que atentaba contra su fe.

Se trata de “El santo prepucio” una obra de Chascas y Quintanilla la cual con plena seguridad ninguno de los manifestantes vio antes de salir a protestar, eso no importó, fueron con el afán de clausurar el local y lo hicieron, sin una orden de allanamiento, sin una inspección policial previa, aun cuando toda la documentación del local se encontraba en regla, “ustedes saben que lo que están haciendo es inmoral” fueron las palabras que precedieron al comisario Hugo Sosa antes de pegar el cartel de CLAUSURADO.

Hoy levanto mi voz contra este atentado contra la libertad y la dignidad.

La libertad de ciudadanos quienes en pleno uso de dicha libertad acuden al teatro y cuando no gustan de las carteleras exhibidas no lo hacen, y contra la dignidad de mis colegas, quienes al igual que yo se encontraban trabajando por sus familias en esas salas de teatro a las que bastaron un par de cánticos y una o dos docenas de personas para ser silenciadas de forma arbitraria e ilegal.

Cicerón, Da Vinci, Shakespeare, Mozart, Lloyd Webber, Wilde, entre otros grandes de la historia del arte guardan dos cosas en común: Su indiscutible genio y haber sido perseguidos por la censura de su época; hoy retrocedimos 500 años, hoy volvimos a ser personas sin dignidad y sin derechos, hoy volvimos a ser artistas silenciados.

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