Casi que desde siempre (y por supuesto antes de que el 30 de diciembre de 2016 la Ley de Plusvalía establezca el confiscatorio impuesto del 75 % sobre la ganancia “extraordinaria” en la transferencia de inmuebles), existió otro, del 10 %, “sobre las utilidades y plusvalía que provengan de la transferencia de inmuebles urbanos”, en beneficio de los municipios (Cootad, arts. 556 y 491).
El impuesto del 10 % fue derogado tácitamente por la Ley de Plusvalía. Su disposición transitoria primera dice que [el impuesto del 10 %] se aplicará hasta la primera transferencia de los bienes que hayan sido adquiridos con anterioridad a la promulgación de esta Ley”. Y agrega que “Una vez que las transferencias… …ya no se sometan a las disposiciones antes señaladas, o en el caso de los bienes que hayan sido adquiridos con posterioridad a la publicación de esta Ley, será aplicable el [nuevo] impuesto”.
El pasado 16 de febrero el presidente Lenín Moreno envió a la Asamblea un proyecto de ley, urgente en materia económica, cuyo único artículo deroga la Ley de Plusvalía. Contrariamente a lo que a primera vista pudiera suponerse, esa derogatoria no resucita automáticamente el antiguo impuesto del 10 %. Para ello se requeriría que una ley, que solo puede presentar el propio presidente de la República (Constitución, arts. 135 y 301), lo vuelva a crear (pues hoy ya no existe). Por tanto, con arreglo al proyecto de ley como ha sido enviado, una vez aprobado este, y solo para poner el ejemplo más simple, la transferencia de un inmueble adquirido a partir del 1 de enero de 2017 no pagaría ningún impuesto sobre la utilidad obtenida.
No tengo cómo saber si este aspecto, de que una ley derogada no revive automáticamente por el solo hecho de quedar sin efecto la ley que la derogó, fue evaluado apropiadamente en el Ejecutivo antes de enviar el proyecto de ley a la Asamblea. Lo que tengo claro es que, salvo que el presidente Moreno lo retire y envíe otro que además restablezca el impuesto del 10 %, los municipios se verán privados de ese ingreso. Hasta ahí la minuta.