¿Superintendencia «judicial»?

Eduardo Carmigniani
Guayaquil, Ecuador

Preguntaba aquí hace poco más de dos meses si iba a hacer algo, el Consejo de la Judicatura, con el insolente pisoteo a abogados causado por la anterior Junta Monetaria, la que con espuria resolución del 22 de mayo de 2017, en los estertores del régimen de Rafael Correa, se atrevió a meter sus pezuñas en asuntos judiciales, impidiéndoles ser contratados libremente por bancos para el patrocinio de juicios de cobranza (pues reserva esa facultad a compañías “calificadas” por la Superintendencia de Bancos, a la que se convierte de facto en habilitadora del ejercicio de la abogacía).

No es de extrañarse, la respuesta es que nada ha hecho el citado Consejo, pese a que entre sus funciones está la de “Velar por la transparencia y eficiencia de la Función Judicial” (Constitución, art. 181, 5º).

Que la Superintendencia de Bancos pueda calificar quién puede patrocinar específicos procesos judiciales no solo va en clara contravía de esos principios, sino todo lo contrario: la muy “conveniente” barrera levantada por la Junta Monetaria para el libre ejercicio de la profesión de abogado, es caldo de cultivo de prácticas corruptas, más allá, claro está, de la patente intromisión del supervisor bancario en asuntos absolutamente ajenos a sus funciones.

La buena noticia es que el Colegio de Abogados de Pichincha ha decidido salir en defensa de los derechos, no solo de sus agremiados, sino de todos los abogados del país. El pasado 28 de marzo presentó una demanda para que se deje sin efecto lo resuelto por la anterior Junta Monetaria.

El caso está en manos de las juezas Ximena Velasteguí Ayala, Paulina Trujillo Velasco e Hipatia Ortiz Vargas, del Tribunal de lo Contencioso Administrativo de Quito. A ellas les toca, en su primera providencia, decidir si acogen el pedido de que se suspenda de inmediato la vigencia de aquella intolerable babosada del equipo “económico” del régimen Correa, inspirado por las memeces de Patricio Rivera, quien sigue manejando la Superintendencia de Bancos por interpuesta persona de su recomendado, Cruz, y de uno que otro caballo de Troya.

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