Nicaragua y el neosomocismo de Ortega y su mujer

La represión fue brutal, en la lucha contra ese régimen corrupto y arbitrario. El Frente Sandinista lideró esa patriótica lucha en la que cayeron miles de jóvenes.

Resulta ahora, que tenemos una represión tan brutal como en era de la dictadura de los Somoza. Daniel Ortega, el otrora líder de la Revolución Sandinista junto a su mujer, hijos y un grupo de incondicionales controlan todos los poderes en Nicaragua. Es una verdadera dictadura, tan corrupta y brutal como la de los Somoza que la combatieron.

La Asamblea afín al dictador Ortega aprobó la reelección indefinida. No hay que olvidarse que esta gavilla de pseudo revolucionarios, se repartieron lo que confiscaron, el pueblo la llamó «la piñata». Hasta el momento la represión contra el pueblo, encabezada por jóvenes universitarios, llevan a su haber alrededor de 60 muertos, eso no sucedía ni en tiempos de los Somoza.

Los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua demandan a Ortega que elimine «los cuerpos paramilitares y fuerzas de choque que intimidan, coaccionan y agreden a los ciudadanos» y exigen «detener de inmediato y de modo absoluto todo tipo de represión frente a grupo de civiles que protestan pacificamente».

Esta represión por parte de grupos armados al servicio del régimen nos hacen recordar a los «totom macout» de los Duvalier en Haití, a los llamados «batallones de la dignidad» de la narco-dictadura de Noriega en Panamá y ahora a las hordas brutales de esa narco-narco-dictadura militar de Nicolás Maduro en Venezuela.

Los ecuatorianos que creemos en la democracia y amamos la paz y los DD.HH. condenamos la represión brutal del dictador Daniel Ortega y su mujer y exigimos, en nuestra calidad de mandantes, al presidente Moreno que se pronuncie sobre esta brutal represión de la dictadura neosomocista de Ortega. Que salgamos de ese club de dictadores que es la llamada Alianza Bolivariana (ALBA), cuyos países miembros son Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, siete micro-estados anglófonos del Caribe y por desgracia y vergüenza, el Ecuador.

Igualmente, que la Canciller Ma. Fernanda Espinosa le diga al país si se ratifica en el discurso que diera en Managua cuando asistió al aniversario de la Revolución Sandinista y al Foro de Sao Paulo.

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