Tenemos ley económica (II)

Jorge Calderón Salazar

Jorge Calderón Salazar

Guayaquil, Ecuador

Nota: Este artículo es precedido por «Tenemos ley económica», que puede leer aquí.

Las leyes son parte de los elementos necesarios para articular las acciones de un gobierno en su política económica. La aprobación de la ley de fomento productivo realizada días atrás busca generar vías para una mayor recaudación de ingresos (tan necesarios y limitados en la actualidad para el gobierno), atraer inversión extranjera, generar empleo, entre otros.

Por ello, otras medidas adicionales incluidas en la ley de reciente aprobación, tenemos la eliminación del Impuesto mínimo del Anticipo al Impuesto a la Renta, como la exoneración del impuesto a la Renta por 10 años para administradores u operadores de ZEDES (Zonas Especiales de Desarrollo) y puede ser ampliado a criterio de las autoridades, también consideran exenciones del impuesto a la Renta aplicable a las utilidades y rendimiento que generan las acciones.  Es importante el apoyo que se dará a las micro, pequeñas y medianas empresas que inviertan en capacitación técnica, productividad y promoción comercial, a través de incrementar del 1% al 5% el techo de deducción para el cálculo del impuesto a la renta. Se alienta también al sector exportador y turístico que podrán deducir hasta el 100% de los costos y gastos destinados a promoción y publicidad.  Así mismo, en función de cómo marche la economía se irá desmontando el impuesto a la salida de divisas, que en lugar de ¨proteger¨ que salgan los dólares de la economía, al contrario no vienen porque encarece los costos de la inversión.

Años atrás se plantearon las alianzas público-privadas, las mismas no han despegado lo suficiente debido a la desconfianza del sector empresarial hacia la actitud del gobierno anterior, el presidente Moreno desde el inicio de su gestión ha buscado tender puentes con los empresarios de tal manera que ellos vayan asumiendo un rol más protagónico en el crecimiento económico, y dejar atrás el modelo en que el Estado era el motor de la economía, por ejemplo, permite que se utilicen los fideicomisos mercantiles para los procesos de recaudación y gestión de los recursos provenientes de las actividades empresariales desarrolladas con ocasión de dichos proyectos.

Un tema que generó mucho debate fue lo referente al límite de endeudamiento, y por ello, se aprobó que para el período 2018 – 2021 no regirá el límite de endeudamiento público del 40 % del PIB establecido en la Constitución, sino más bien las reglas macrofiscales definidas en la Ley, para lo cual el gobierno se compromete a disminuir el déficit primario de cada año, así mismo, en cada ejercicio fiscal, el gobierno debe llevar al 40% del PIB el saldo de la deuda pública total y debe evidenciarse en el Presupuesto General del Estado a través de su programación fiscal. Eso sí, en casos excepcionales, tales como catástrofes naturales, desequilibrios en el sistema de pagos, y recesión económica grave, las reglas y metas fiscales podrán ser suspendidas temporalmente.

Es importante conocer que este gobierno aprende de los errores de su antecesor y por ello se crea un fondo de estabilización fiscal para garantizar la sostenibilidad de las cuentas públicas, dicho fondo se alimentará de los ingresos provenientes de la explotación de recursos naturales no renovables que estén por encima de lo establecido en el Presupuesto General del Estado aprobado, luego de descontar el porcentaje correspondiente a los Gobiernos Autónomos Descentralizados. Esta fue una lección dura de aprender, el presidente Correa eliminó los fondos petroleros basado en su argumento de que financiaban a otras economías, y casi 1,500 millones de dólares que estaban en esos fondos pasaron a ser parte del gasto corriente, si esos recursos se hubieran mantenido para el 2016 cuando fue el terremoto del 16A, las reformas tributarias que se aplicaron en ese momento no hubieran sido necesarias.

Este y otros temas incluye la nueva ley, el gobierno tiene una nueva oportunidad esperemos la misma rinda los frutos que desea, la situación es compleja y cada vez hay menos alternativas, la coyuntura internacional no favorece del todo, pero sin lugar a duda el pragmatismo en el manejo de la política económica es que él debe regir, si bien el retraso en hacerlo es de varios años debe generarse un verdadero punto de inflexión. La situación económica no se compondrá en el corto plazo, al menos serán 8 años, siempre que realicemos las acciones pertinentes, en todo caso hay que tener presente que ¨siempre se debe pagar la factura¨. (O)

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