30S. ¿La Megan tiene 8 años?

Francisco Endara D.
Quito, Ecuador

Son ocho años ya de los sucesos ocurridos el 30 de septiembre del 2010. Un día en el cual una protesta policial y militar fue usada como pretexto por un desquiciado por el poder para desatar todo una cacería sobre varios actores de la oposición en el país de aquel entonces.

Y es que en los últimos 10 años no se había visto tal nivel de salvajismo en la política. Un presidente que va a la protesta que ocurre en un regimiento policial a pedir en tres ocasiones que lo maten. Que luego se refugia en el hospital contiguo desde donde recibía y contestaba llamadas, daba entrevistas, atendía visitas de ministros y posteriormente pide que lo rescaten, para lo cual se monta una operación con militares –casi al estilo Hollywood- para llegar como un “triunfador” –no se sabe de qué- al Palacio de Gobierno.

Pero, por un momento cabe recordar un poco de historia. Sí, de esa historia ocurrida hace 85 años en la Alemania Nazi y que tiene cierto paralelismo con lo sucedido el 30 de septiembre del 2010.

Corría el año de 1933. El edificio del Reichstag –parlamento alemán- en Berlín, fue consumido por un incendio. Un mes antes Hitler, había sido nombrado canciller y el incendio le sirvió como pretexto para pedir mayores poderes al presidente del Reich Paul von Hinderburg.

Aquella misma noche, Hitler culpó y apresó del incendio a un joven holandés, perteneciente al partido comunista: Marinus van der Lubbe. Así mismo, se puso en marcha todo el aparato de propaganda alemán y varios miembros del partido comunista fueron apresados.

Al día siguiente bajo la excusa de «proteger al Estado y al pueblo» alemán, Hitler derogó las garantías constitucionales de los ciudadanos, lo que implicó entre otras cosas: la restauración de la pena de muerte con carácter retroactivo y el fin de la libertad de prensa.

Aquel fue el inicio del ascenso del poder del partido nazi en las elecciones que fueron anticipadas para marzo.

Van der Lubbe fue condenado por un tribunal de Leipzig y muerto en la guillotina un año después.

Hoy en día las investigaciones muestran que un grupo de asalto de las tropas hitlerianas ingresaron al Reichstag usando un pasadizo secreto en el palacio del presidente de la Cámara Baja, llegaron al salón de plenos donde habrían preparado el fuego. En el 2005 Otto Köhler, periodista, denunció la existencia de una lista enviada a la Policía seis horas antes de que iniciara el fuego. En aquella lista constaban los nombres de personas que debían ser culpadas y detenidas por el incendio.

Ciertas similitudes con la historia anterior parecen haberse repetido luego del 30 de septiembre del 2010 en el Ecuador, en donde un ansioso dictadorzuelo se tomó aquel día todas las señales de radio y de televisión para repetir su propaganda, que aparte de falsa, era cansona.

Pero no solo eso, en los días posteriores se desató una persecución implacable contra todo el que aparecía en la lista del dictador como crítico a su gestión. Se produjeron programas que se repetían de forma continua en varios canales de televisión exponiendo un supuesto plan para un supuesto golpe de Estado contra el “amado líder”. No faltó los serviles que se prestaron para tamaña mentira; no les importó difamar inocentes, ni si lo que decían era verdad o no.

Nunca se pudo comprobar el tal golpe. Hoy sabemos que todo fue un manejo propagandístico con manipulación de videos, tal como incluso lo ha confesado uno de los adláteres del aquel entonces, el ex contralor Pólit.

Hoy sabemos además, que la Megan -la niña que según la propaganda de gobierno se decía representa la democracia y nació aquel 30 de septiembre-  no existe, pues como muchas cosas de la revolución era una vil copia de la propaganda denominada “Dolores Argentina”.  La Megan fue un simple espejismo, parte de esa realidad ficticia que quisieron imponer durante 10 años y que atrapó a muchos incautos.

Y en buena hora que no existe la Megan, pues a sus ocho años ya empezaría a darse cuenta que quienes decían ser sus padres no eran más que un grupo de desadaptados, dispuestos a todo por la locura del poder. Sus padres serían quienes aquel 30s y en días posteriores violaron la democracia, violaron el sistema judicial y la justicia para perseguir infamemente a quienes constaran en su lista como críticos y culparlos de delitos para tratar de callarlos. Sus padres serían quienes venían intentando amordazar la libertad de prensa desde tres años antes y lo continuarían haciendo en años posteriores.

Con unos padres así, que bueno que la Megan no cumpla hoy 8 años.

 

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