Cruz de Cruz

Eduardo Carmigniani
Guayaquil, Ecuador

En total contravía de las ideas predominantes en el debate que se realiza en esta época en la Asamblea Nacional, para eliminar de la Ley de Comunicación los instrumentos con los que, en el régimen Correa se pretendió amordazar a la prensa (incluyendo las facultades sancionatorias de por sí exageradas que además el señor Ochoa se encargaba gustoso de agravar, estirándolas abusivamente, como lo vienen declarando los tribunales judiciales), el legislador Israel Cruz, de la provincia del Chimborazo (movimiento político Cambio), acaba de presentar, este 15 de octubre, un proyecto de reformas a la citada ley con el que pretende crear una nueva intolerable camisa de fuerza a los medios.

Quiere el asambleísta Cruz obligar a la prensa a que “informe” las actividades de toda autoridad de elección popular, por la sola petición de aquellas. No importaría que se trate de cualquier zoquetada. Bastaría con que la tal “autoridad” esté necesitada de masajear su ego en público para que la prensa se vea obligada a malgastar espacio.

No es broma, cito el proyecto: “Los medios de comunicación, públicos, privados y comunitarios, garantizarán a las autoridades de elección popular un espacio cuando estas lo soliciten, para que puedan informar a la comunidad sobre sus actividades y sobre temas de interés de acuerdo al ámbito de sus competencias” (art. 2).

Tamaña cruz a los medios intenta disimularse tras el siguiente parapeto: “…en Ecuador aún estamos distantes de disponer medios de comunicación humanizados que muestren la realidad de la sociedad, que se alejen de clichés, de visiones negativas, o de enfoques catastróficos, que se orientan al lado mercantil de la comunicación, alejándose de la esencia del bien y servicio público…”.

Como puede verse, el citado cantinfleo insiste en el concepto deleznable de la prensa como “servicio público”, con el que el régimen Correa intentó someterla. Pero no solo eso. Pretende hacer creer que para acercarse a la “esencia del bien” hay que garantizarles espacios obligatorios a los funcionarios electos por voto popular. Semejante bufonada.

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