Ejército, civismo y unidad nacional

Alberto Molina

Alberto Molina Flores
Guayaquil, Ecuador

Los ecuatorianos celebramos con orgullo el 27 de febrero de 1829, los 190 años de la Batalla de Tarqui, fecha consagrada a rendir homenaje al Ejército ecuatoriano; con la misma unción cívica, celebramos el Día del Civismo y el de la Unidad Nacional.

El 25 de febrero de 1948, mediante decreto Nº. 334, el Presidente Carlos Julio Arosemena Tola, declaró al 27 de febrero como el Día del Civismo y el 17 de febrero de 1981, mediante Decreto Ejecutivo, el Presidente Jaime Roldós Aguilera, declaró día de la Unidad Nacional.

El 27 de febrero de 1829 se perennizó en el Portete de Tarqui el triunfo de las tropas Grancolombianas comandadas por el Mariscal Antonio José de Sucre, sobre las tropas peruanas comandadas por el Mariscar José de La Mar.

En los considerandos del decreto ejecutivo No. 334 del Presidente Arosemena Tola, señala:

“Que es beneficioso rememorar los hechos trascendentales de la vida de los pueblos, para que reafirmen sus ideales, mantengan su legendaria altivez y el sentido heroico de la vida, y vivifiquen la fe en la realización de su destino histórico; y,

Que nada hay que más exalte el sentimiento de la nacionalidad y el civismo como culto fervoroso a los símbolos augustos de la Patria”, y el decreto del Presidente Roldós Aguilera, señala:

“Art. 1°.- Declarase e instituyese el 27 de febrero de cada año, ‘Día de la Unidad Nacional’, en conmemoración de la Batalla de Tarqui, debiéndose recordar y hacer conocer el alcance, significado y consecuencias jurídicas de la misma en todos los institutos educativos y militares del país, con la finalidad de preparar conscientemente a nuestro pueblo para el objetivo permanente de la defensa nacional”.

Este día, es oportuno reflexionar sobre el civismo. El civismo no es solo uno de los valores más importantes de los ciudadanos para demostrar el amor y respeto a la Patria, sino también una forma de compromiso, basado en el respeto y tolerancia hacia el pleno ejercicio de los derechos y libertades, al cumplimiento de las obligaciones y deberes, aun cuando seamos diferentes en costumbres, credo político, fe religiosa, color de la piel, forma de pensar, etc. También, se debe resaltar el civismo para motivar sobre todo a nuestros niños y jóvenes el amor a la Patria, la veneración a nuestros sagrados símbolos y el tributo al patriotismo de nuestros héroes; esto es importante porque desgraciadamente en estos tiempos de la Revolución Ciudadana, se exaltaba a otros símbolos y aparecieron iconos que son extraños a nuestra historia.

El ilustre historiador Jorge Salvador Lara, sobre esta epopeya señaló: “La victoria de Tarqui es testimonio del valor de las tropas ecuatorianas… Por aquella victoria, cada 27 de febrero es proclamación de humanismo que inspiró la concepción jurídica de Sucre, y acta de nacimiento, a la vez, del más alto de los aportes del derecho internacional americano al mundo: el rechazo a la conquista armada de territorios: ¡La victoria no crea derechos!”.

Igual, el historiador boliviano Gustavo Adolfo Otero, manifiesta: “Sin sacrificio de los hombres generosos no existiría la libertad, pues es compañera inseparable del heroísmo. El héroe no se improvisa constituye un fruto maduro de una conciencia libre, sostenida por la voluntad, nutrida por el amor a la patria y puesta en marcha por la intrepidez”.

Mantengamos vivo el espíritu cívico y patriótico de los ecuatorianos y recordemos con respeto y gratitud a quienes lucharon por el honor y la libertad de nuestra patria.

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