Empleo adecuado

Juan Carlos Díaz-Granados Martínez
Guayaquil, Ecuador

Supongamos que mañana un trabajador quiere convertirse en emprendedor. Tendrá que contratar personal. Y bajo la legislación laboral actual, esa decisión intimida por varios motivos.

El primero, es que el emprendedor arriesga su patrimonio familiar, pero no sabe si el negocio resultará. Tiene que iniciarlo con cautela para conocer lo que funciona.

En esas circunstancias, contratar a un trabajador a plazo fijo, como se promueve desde el Estado, no resulta realista. Por eso es importante impulsar el contrato por emprendimiento, que le permite al empresario a alargar el periodo de prueba durante tres años, hasta que se conozca si el negocio comienza a ser exitoso y si la relación laboral es productiva para las partes.

Si la contratación laboral deja de ser inflexible, se permitirá que cinco millones de desempleados puedan acceder a un empleo adecuado a través de emprendimientos y empresas que ya estaban en el mercado.

Evitar la rigidez laboral es una solución transversal que solucionará la falta de empleos para jóvenes inexpertos, inmigrantes y personas mayores de cuarenta años.

Una reforma de este tipo permite que se active el consumo gracias a los ingresos de una población que se integra a la fuerza laboral activa. Crecen las compañías, contratan más personal y el Estado recauda más impuestos. Ganamos todos.

El segundo motivo, es que poner en marcha una empresa en Ecuador toma cuarenta y nueve días hábiles gracias al exceso de tramitología. En definitiva, el emprendedor se tiene que cruzar de brazos durante un poco más de dos meses.

En Colombia no ocurre eso. Un negocio puede iniciarse en once días. En Chile, en una semana y en Gran Bretaña en una hora por internet. Es menester que tanto el gobierno central, como los seccionales y las instituciones de control, seguridad y calidad reduzcan el trámite a lo mínimo indispensable. El objetivo debe ser lograr la eficiencia y eficacia necesaria que permita abrir un negocio en Ecuador rápidamente. Para atraer a los inversionistas y no repelerlos hacia países de la región que son nuestra competencia.

Trabas al comercio como las generadas por el INEN tampoco ayudan. Encarecen el precio final de los productos, reducen el capital para contratar e invertir y desmejoran la calidad de vida de los ecuatorianos. Más sencillo sería que se homologuen las normas de calidad que el resto del mundo usa.

El tercer motivo son los impuestos excesivos. El Estado nos cobra aranceles más altos que el promedio de la región; tributos que deberían ser derogados; impuestos municipales; aportes al IESS; tasas a organismos de control, y un largo etcétera. Todo eso hace que nos quede menos dinero para invertir, contratar y consumir.

Los tres factores mencionados: rigidez laboral, tramitología y exceso de impuestos, son los que mantienen a la población económicamente activa sin acceso al empleo adecuado.

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