¿Autarquía del BCE?

Eduardo Carmigniani
Guayaquil, Ecuador

El correísmo pulverizó sin rodeos la autonomía del Banco Central (BCE), declarándolo “parte de la Función Ejecutiva” (Código Monetario, art. 26). Y con la eliminación (ley del 18 de abril de 2017) de la prohibición de que el BCE sea accionista de financieras públicas, hasta se le enchufó la CFN (y con ello el Banco del Pacífico y Seguros Sucre) para simular “rebajar” la deuda del Estado en más de dos mil millones de dólares.

Como no es la Constitución la que subordina al BCE al Ejecutivo, vía reforma legal se le puede devolver autonomía. El correo de brujas dice que ya habría para eso un proyecto de ley en curso, de “Sostenibilidad Monetaria y Financiera”, que propondría eliminar que el BCE sea parte de la Función Ejecutiva (art. 7); y agregaría que “los miembros de su órgano de gobierno y su personal… …no recibirán ni solicitarán instrucciones de ninguna persona o entidad, incluidas las entidades gubernamentales” (art. 10). Eso estaría muy bien.

Habría cuestiones impresentables, sin embargo.

Primero, si bien se regresaría a que el “primer balance” del BCE -en donde se registra como deuda los depósitos que el público hace en el sistema financiero- tenga como contrapartida reservas internacionales que cubran siempre el 100 % de tales depósitos, “transitoriamente” se dispondría que esa regla se pueda cumplir en siete años, hasta 2026 (arts. 14 y 55).

Segundo, se pretendería que la Contraloría deje de realizar “un examen anual del manejo y de los estados financieros de los recursos de la reserva internacional de libre disponibilidad”, facultad que tiene hoy según el art. 98 de la ley de la materia, que se derogaría, absurdo hasta inconstitucional pues ese órgano de control está encargado “del control de la utilización de los recursos estatales” (Constitución, art. 211). No hay excepción posible.

Tercero, la ridiculez, insólita e inconstitucional de que las leyes sobre el BCE no puedan ser cambiadas sin “consulta previa” con el propio BCE (disposición general primera).

En fin, no aprendemos. Seguimos siendo el paisito de los extremos.

“Como no es la Constitución la que subordina al BCE al Ejecutivo, vía reforma legal se le puede devolver autonomía”.

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