La muda CFN

Eduardo Carmigniani
Guayaquil, Ecuador

Resulta intolerable el pasmoso silencio de la CFN en torno a la pérdida que al final del día tiene (más de 6 millones de dólares) por el atraco de la venta de bonos del Estado esfumados hecha a su hija, Seguros Sucre, coadyuvado por su otra hija, y cómplice, la también muda intermediaria casa de valores Valpacífico. Y más intolerable es que se pretenda que semejante asalto se ventile como una mera disputa de orden civil en los juzgados, pues gane quien gane el pleito el resultado no modificará la afectación al balance de la verdadera lesionada, la CFN. Su gerente, el señor Jácome, debe una explicación sobre las instrucciones que ha impartido sobre este asuntito.

En todo caso, independientemente de lo que haga la CFN, hay que forzar la devolución de los fondos robados. Y para ello se debe empezar por apretar las clavijas a la casa de valores panameña Westwood Capital Markets, por haber “vendido” los bonos humo cuando ya no podía disponer de estos, pues antes ya había cedido sus derechos (según relata Sucre en la demanda civil que tiene presentada contra Valpacífico), a una abogada vinculada a sus dueños agrego yo.

El apretujón tiene que ser de orden penal, por la obvia estafa que resulta de hacer creer que se “vendía” lo que no se tenía. Pero la investigación no puede quedarse solo en el exgerente de Valpacífico, al margen de si fue solo tonto útil o resultó sobornado. Debe llegarse a los ideólogos, por ventura bien identificados en el mercado, pues no son panameños sino ecuatorianos. Y sin perjuicio de las medidas cautelares personales, también hay que atacar los activos de la tal Westwood, no solo los de Panamá sino los que tiene en Ecuador, tanto a nombre propio como los que hubiese simulado ceder a empresas relacionadas.

El turno es, así las cosas, de la Fiscalía, por más atareada que se encuentre en otras investigaciones. La engañifa a la fe pública y al patrimonio del Estado no puede quedar escondida tras el insólito silencio de la CFN, y menos tras el humo de los fuegos artificiales de un pleito civil con resultado inútil.

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