La falsa oposición venezolana

Samuel Uzcátegui

Quito, Ecuador

Desde hace años, diferentes personajes de la coalición opositora venezolana han sido señalados por casos de corrupción y tráfico de influencias. Ahora, estos mismos personajes son parte del círculo cercano del presidente Guaidó e influyen en sus decisiones. Se han lucrado gracias a sus negocios sucios con la dictadura y de igual manera, se han salvado del escarnio público por ser “oposición”. Estos camaleones políticos son los principales culpables de que Venezuela lleve 20 años viviendo bajo una dictadura, al ser los que se han encargado de sabotear y entorpecer cualquier posible salida.

 Uno de estos principales personajes es Henry Ramos Allup, quien lleva años siendo señalado por su corrupción y su abuso de poder, al ser secretario de Acción Democrática, uno de los principales partidos políticos opositores. Ramos Allup es el caudillo del partido blanco desde hace 16 años y Octavio Lepage, miembro fundador de AD, lo denominó como “el Chavecito de Acción Democrática”. Sus familiares están implicados en una trama de corrupción con la empresa Derwick Associates, que realizó 11 contratos por construcción de plantas termoeléctricas en Venezuela, contratos llenos de sobreprecio, material de baja calidad y obras inconclusas por miles de millones de dólares. Derwick también es acusada por pagos de sobornos a medios de comunicación opositores como El Nacional y a políticos chavistas como Diosdado Cabello. Ramos Allup y sus hijos son también culpables por los repetidos apagones que ocurren en el país, al haberse beneficiado económicamente de la emergencia eléctrica.

En el 2017, durante los comicios regionales (donde gano la abstención) la Mesa de la Unidad Democrática, que era la coalición de los partidos opositores, realizó elecciones primarias para decidir un candidato unitario en cada uno de los estados venezolanos. Diferentes irregularidades se presentaron en estos comicios.

En el estado Táchira, la candidata Virginia Vivas denunció que se le pidió a cada candidato la cantidad de US$8.000 para la realización de las elecciones. Vivas dijo que al confrontar a Ramos Allup por esta situación, tanto él como Wladimir Vivas (concejal opositor) le respondieron diciéndole que “candidato que no tiene plata no se puede contar”, en una total medida antidemocrática por parte del dirigente adeco. Al final, Virginia Vivas fue excluida de las elecciones primarias y la candidata del partido Acción Democrática, Laidy Gomez, fue la ganadora. Un mes después de esta situación, se dieron los comicios regionales y ante la abstención del pueblo venezolano, el chavismo se quedó con 18 de las 23 gobernaciones. Curiosamente, 4 de las 5 gobernaciones donde ganaron “opositores” eran del partido de Ramos Allup.

Poco después, violando la constitución, los cuatro gobernadores de Acción Democrática se juramentaron en la Asamblea Nacional Constituyente, desconociendo a la legítima Asamblea Nacional, en la que Henry Ramos Allup es diputado. El otro gobernador opositor, que fue proclamado ganador en el estado Zulia, Juan Pablo Guanipa, se negó a juramentarse ante ese organismo ilegal y fue removido del cargo por la dictadura. Meses después se volvieron a hacer las elecciones en el Zulia y el candidato chavista le ganó al único opositor que se prestó para ese circo electoral, Manuel Rosales. Después de que esto ocurriera, el líder Capriles Radonski se retiró de la Mesa de la Unidad Democrática al denunciar que Ramos Allup se encargó de sabotear la iniciativa del referendo revocatorio. “Allup es el candidato de Maduro, se le metió en la cabeza que puede ser candidato presidencial” dijo Capriles Radonski, refiriéndose a las ansías de poder del dirigente adeco que estaban entrometiéndose en la agenda de la coalición opositora.

Manuel Rosales es un excandidato presidencial en Venezuela y es el presidente de otro partido político “opositor”, el partido Un Nuevo Tiempo. Este partido político es mejor conocido por que dos de sus diputados se ausentaron en la sesión donde la legítima Asamblea Nacional votaría por un nuevo CNE. La inasistencia de estos dos legisladores le quitó el quórum necesario a la Asamblea para nombrar finalmente un árbitro electoral democrático y los plazos de nombramiento se vencieron. Después, Manuel Rosales se prestó para la ilegal repetición de las elecciones regionales en el estado Zulia, a pesar de que su colega opositor había sido destituido arbitrariamente.

Ahora, hace un par de días, el Centro de Comunicación Nacional (organismo oficial de la legítima presidencia en Venezuela) publicó una imagen de Rosales haciendo campaña en el estado Zulia, a pesar de que este hombre no ostenta ningún cargo público, significándose que Rosales está utilizando la plataforma de Guaidó para hacerse propaganda política. De igual manera, Rosales acompaña al presidente en diferentes actos y suele salir a su lado cuando éste da declaraciones. El segundo vicepresidente de la Asamblea Nacional y uno de los delegados para el “dialogo” en Barbados, Stalin González, es miembro de Un Nuevo Tiempo. A inicios del 2019, González junto al ahora preso político Edgar Zambrano (Acción Democrática) expresaron su rechazo a la idea de que Guaidó se juramentara como presidente interino. Tiempo después, González dijo que el gobierno interino podría normalizar las relaciones con Cuba, invitando al colaboracionismo con los ingenieros de la dictadura venezolana.

El presidente Guaidó está siendo presionado por políticos dinosaurios caprichosos que no permiten que Venezuela cambie, porque no les conviene que se acabe su negocio de ser “opositores”. Son los mismos políticos socialistas que se han encargado de alejar a María Corina Machado del circulo cercano del presidente. María Corina Machado es la fundadora de Vente Venezuela, el único partido venezolano que pertenece a la red liberal y lleva años siendo una de las voces opositoras con mayor credibilidad.

La administración interina insiste en el diálogo y Machado ha vociferado sus críticas sobre porque no se ha invocado el TIAR junto a la norma de Responsabilidad de Proteger (principio de seguridad internacional) para poner fin a la dictadura de Nicolás Maduro. Desafortunadamente, el presidente Guaidó está sentado del lado equivocado de la bancada opositora, sus aliados no son apreciados por la comunidad venezolana y eso hace que pierda poder político. Verlo junto a colaboracionistas y corruptos opositores que se han lucrado con el sufrimiento del pueblo venezolano es deprimente y así nunca llegaremos al cambio en Venezuela. Ver como ignora a María Corina Machado, a Antonio Ledezma, a Luis Almagro y a Diego Arria es imperdonable, cuando aparentemente estos líderes son los únicos que tienen clara la magnitud del problema al que se enfrenta Venezuela y que no hay pueblo que pueda resistir vivir en esas condiciones. 

Las opciones diplomáticas para salir de la dictadura dejaron de existir el día en que el chavismo decidió empuñar las armas y matar a miles de inocentes. Venezuela se queda sin tiempo y si se mantienen estas opciones inútiles y Guaidó no se deshace de los falsos dirigentes opositores a su alrededor, no tendremos un país que defender.

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