El gallo pelón

Raúl Andrade Gándara

Rochester, Estados Unidos

Extraordinaria la intervención del lcdo en la ONU. Sin despeinarse, utilizó la retórica de todo buen izquierdista y dejó claro que la revolución del siglo XXI, marca de fábrica de su movimiento, que los mantuvo doce años en el poder, sigue vigente.

Que fueron unos pandilleros, unos mafiosos quienes se apoderaron del impoluto slogan para usarlo en su beneficio, olvidando sus sagrados deberes de “manos limpias y corazones ardientes” para llenarse los bolsillos. Fantástico el ardid. Estamos frente a un nuevo Machiavelli.

Volvió a posesionar la marca, como acostumbran los teóricos de izquierda, que frente al fracaso de sus teorías y la codicia de sus líderes enarbolan inmediatamente la bandera del verdadero e utópico socialismo como disculpa inapelable. Que el pueblo siga votando por ellos, en espera de la llegada del tan anhelado y nunca realizado sueño de Marx y Engels. Con esto, se abre la puerta para cuatro años más de socialismo nuevo, de aquel que llevará los rumbos de la Patria Grande hacia su ineludible destino.

Estamos listos. Luego de este preclaro discurso, tenemos que darnos por satisfechos y aceptar la nueva carga tributaria que el neo vice ha anunciado con un discurso sensiblero y poco efectivo. Tenemos que abrazarnos entre todos los ecuatorianos de buena fe, sacudirnos los sobacos y resignarnos a pagar dos veces el saqueo de los pandilleros. Y que no se hable más del asunto.

Los jueces corruptos y cotizables no dan pie con bola, alargan y suavizan los atracos hasta convertirlos en contravenciones de tercera clase, y los peces gordos, escondidos o visibles, no dan cuentas a nadie. ¿Y por qué deberían darlas? Si finalmente, se trata de los mismos. ¿Nos olvidamos acaso de quienes los nombraron? De la manipulación pública de Correone para meter mano en la justicia? De los diez años de impunidad del contralor y fiscal general, acostumbrados a cambiar informes, escamotearlos o simplemente esconderlos porque los desenmascaraban?

¿Que el reo Jorge Glas fue denunciado un año antes que empiece la campaña triunfal del lcdo, y sin embargo lo acogió en su seno porque no le quedaba más remedio? ¿Que la virginal poetiza fue pieza clave en ambos gobiernos y por eso goza de impunidad y prebendas a donde va? ¿Que los negocios de Topic lo han llevado de un gobierno a otro sin que nada le acontezca a pesar de su confesa declaración de culpabilidad y encubrimiento? Y así podría seguir citando a todos los miembros de la podredumbre que siguen bajo protección del arroz con pollo, como Cuesta y su compadre, etc etc.

La lista es tan larga como el rabo de paja del lcdo. Y es más notoria a medida que se acorta el plazo de su gobierno y se devela la lentitud de la justicia, la incapacidad de sancionar a los corruptos y la inercia con que se trata a las empresas cómplices de tanta corrupción. Pero para nuestro pueblo, simple y adicto al pasillo, el acto de contricción es suficiente para borrar todo entuerto.

Preparemos entonces la billetera, que las medidas se vienen. Con la venia de quienes aplauden al lcdo por odio a Correone, y esperan verlo inmovilizado y destruido, el silencio de los financistas porque tienen tentáculos en ambos gobiernos, de los correistas porque poderoso caballero es don dinero, y ese idioma lo entienden a la perfección, de la oposición porque su siguiente meta es el poder para hacer más de lo mismo, mientras hoy se entrenan con los retazos de poder que les atribuyó el lcdo, y el silencio del pueblo manso que aún no entiende que la farra de ayer se pagará desde mañana.

Veamos qué pasa cuando el golpe al bolsillo sea tan fuerte que no puedan esquivarlo. Allí, quizás, esbocemos una tímida protesta para ver si logramos algo. Mientras tanto, sigamos expectantes la novela por entregas que hemos permitido que nos invada y guíe sin capacidad de reacción, como en el cuento del gallo pelón. Se respira libertad, sin duda, pero para seguir abusando del poder también están llenos los pulmones.

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