Golpe de Estado abortado

Alberto Molina

Alberto Molina Flores

Guayaquil, Ecuador

Todos los caminos conducen a Roma. En este caso, todas las acciones de violencia desatada promovían un golpe de Estado. De a poco va saliendo información de los verdaderos involucrados en el golpe, ya no blando, si no duro, como los garrotes que blandían los sediciosos para la agresión.

El testimonio de dirigentes indígenas que han declarado en detalle. La intención de una de las partes de la dirigencia indígena, que tomó como pretexto demandar la derogatoria de las medidas económicas decretadas por Moreno, en realidad, otras eran las intenciones: derrocar al gobierno de Moreno; Marlon Santi al igual que Salvador Quishpe han declarado que el control de la movilización en un momento lo tenían los correístas. Ellos tenían objetivos claros: intensificar las manifestaciones, negándose a negociar y «tumbar» a Moreno.

Lourdes Tibán, una de las dirigentes más lúcidas, ha sido la más frontal en denunciar la verdadera maniobra de los golpistas: «Había gente con acento extranjero y gente de Pedro de la Cruz de la FENOCIN». Igual señaló, «el movimiento indígena salió a las calles a tumbar un decreto, no al Gobierno». Además relató, que por su posición, habían tratado de agredirle, insultándola. Agrega, que su esposo junto a Salvador Quishpe trataron de intermediar en los diálogos con el gobierno y elaboraron un documento. Esto les valió la acusación de «vendidos», por «las fichas de los correístas», que «trataron de joder el diálogo». Frente a esta situación de peligro, Lourdes Tibán, tuvo que escapar.

Amén de las maniobras golpistas dirigidas desde el exterior por Rafael Correa, con la ayuda y asesoría de especialmente de cubanos y venezolanos, avezados expertos en desestabilizar gobiernos, junto a sus esbirros ecuatorianos, hicieron todo tipo de maniobras para derrocar el gobierno constitucional.

Para esto contaron con recursos económicos, medios de comunicación, un ejército de troles que difundían noticias falsas y rumores en las redes sociales tratando de confundir a la gente. Contaron además con autoridades correístas que aprovecharon de la situación para infiltrarse y generar caos y violencia. Todo esto estaba fríamente preparado con antelación, para emplearse en el momento adecuado como el que vivimos.

Por otro lado, la actuación de Fuerzas Armadas tiene su explicación; vale la pena recordar que en la Constitución que nos rige desde el 2008, Constitución hecha a la medida del correísmo que iba a durar 300 años, eliminó el concepto de Fuerza Pública, es más, la condición de la Policía Nacional, de ser Fuerza Auxiliar de las Fuerzas Armadas. Eso permitía la coordinación entre las dos instituciones en el empleo en situaciones graves de conmoción interna y de agresión externa.

Siempre hubo la presencia de la policía en los juegos de guerra que organizaban las FF.AA. Otra situación de preocupación de los mandos militar y policial es lo señalado por el COIP, especialmente lo que señala en el ART. 293.- «Extralimitación en la ejecución en un acto de servicio» ahí habla del «uso progresivo o racional de la fuerza». Actualmente hay más de 200 policías enjuiciados, por supuestos excesos, demandas hechas por delincuentes que fueron capturados.

Otro asunto que vale la pena señalar, en el Art. 57, numeral 20 de la Constitución, referido a los Derechos de las comunidades, pueblos y nacionalidades, dice: «la limitación de las actividades militares en sus territorios de acuerdo con la ley». Este «derecho» atenta a la soberanía y seguridad del Estado.

Los militares cuando reciben una misión, deben contar con el armamento y equipo adecuado para cumplir dicha misión; en este caso, de las manifestaciones jamás vistas en nuestro país, con actos de sabotaje, saqueos, agresiones y terrorismo, desgraciadamente tanto la policía como los militares no contaron con el equipo y armamento antimotines necesario. Esa es la verdad.

No hay que olvidarse que luego del ataque a Angostura, en donde se refugiaba el segundo cabecilla de la narco guerrilla de las FARC, (a) Raúl Reyes, junto a Reyes fueron abatidos una veintena de subversivos. De esto se aprovechó Correa para desmantelar la inteligencia militar y policial, acusándoles que estaban vendidos a la CIA.

Igual derogó la Ley de Seguridad Nacional, reemplazándola por una mala copia de la anterior, La Ley de Seguridad Pública y del Estado. A pesar de las limitaciones, agresiones, vejaciones y secuestros, las Fuerzas Armadas cumplieron su misión, de devolverle al país la tranquilidad y la paz social y mantener el estado de derecho y el gobierno legalmente constituido.

El relevo abrupto de las máximas autoridades del Comando Conjunto de las FF.AA. y del Ejército, resulta precipitado e inoportuno, un mal mensaje al país y al mundo; sobre esto, la ciudadanía merece una explicación por parte de las autoridades de gobierno.

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