ONU apoya plan para mantener el petróleo bajo tierra

El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, tiene un nuevo aliado para su proyecto Yasuní ITT, asegura la edición electrónica de la revista América Economía. El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, liderará sendos eventos, paralelos a la Asamblea General de la ONU que se celebrará en septiembre, para favorecer las aportaciones de fondos voluntarias de los diferentes países con el fin de mantener bajo tierra el petróleo de la Amazonía ecuatoriana. De no lograrlo, la consecuencia es clara. Ecuador explotará el crudo de la zona, con lo que eso representa para el medio ambiente.

La noticia de la participación del alto dignatario en el proyecto ha provenido de Ivonne Baki, jefa negociadora ecuatoriana. Según Baki, Moon ha adoptado la iniciativa Yasuní-ITT «como algo muy personal», al considerar que el eventual fracaso de este tipo de proyectos contra el cambio climático, supondría también una derrota para las Naciones Unidas.

Su aportación, tal y como ha explicado la política ecuatoriana, consistirá en la participación en un evento paralelo a la Asamblea General de la ONU, liderado por Moon y el presidente ecuatoriano, Rafael Correa. A su vez, se estaría preparando otro encuentro «con el sector privado, el sector filántropo y el sector empresarial para la iniciativa Yasuní-ITT».

Los dos eventos buscan poner en claro “quién está interesado, quién está comprometido contra el cambio climático» y observar el apoyo práctico a una iniciativa innovadora. La escasa respuesta que ha recibido la misma, ha obligado a Ecuador a variar su estrategia con el fin de sensibilizar a la comunidad internacional sobre la importancia del proyecto. La zona a explotar se encuentra en un marco de la selva amazónica considerado de los de más alta concentración de biodiversidad del planeta.

Ecuador ha estipulado que los ingresos que obtendría por la explotación del crudo le reportarían 7.200 millones de dólares en doce años. Solicita a la comunidad internacional una compensación de, al menos, la mitad (3.600 millones de dólares en doce años) de esos ingresos. Los campos Ishpingo, Tambococha y Tiputini contarían con reservas de más de 800 millones de barriles de crudo.

El proyecto evitaría la emisión a la atmósfera de unos 400 millones de toneladas de dióxido de carbono. Por el momento, asegura Baki, «la corresponsabilidad mundial que se pensaba que iba a ser mucho más fuerte hacia la iniciativa» no ha alcanzado esas expectativas.

 

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