Los obispos de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, reunidos en Cuenca, apoyaron la decisión del presidente, Rafael Correa, de impedir la despenalización del aborto.
Arregui cuestionó que en la Constitución de Montecristi y en el código vigente se introdujo algunos puntos que contrarían el respeto a la vida. En esa línea mencionó el aborto terapéutico (cuando el feto atenta contra la vida de la madre) y el eugenésico (por violación a una mujer enferma mental) como “causales de impunidad para el crimen del aborto”.
Agregó que el presidente Correa fue valiente y generoso cuando puso su cargo en contrapeso para toda una corriente de un falso feminismo, donde se proclama que mujer tiene derecho a manejar su propio cuerpo y vísceras y que nadie le puede quitar esa libertad. “Toda libertad tiene su límite en el derecho de otras personas de disponer de la vida”.
Los obispos también coincidieron en que queda mucho por hacer, no solo para sancionar el crimen, sino también para atender a las adolescentes que quedan con un embarazo no deseado. Para Arregui, no se ve una propuesta estatal clara, una reacción con toda su fuerza de la sociedad ante las necesidades de estas mujeres que atraviesan dificultades.