Con campanada electoral, Correa cumple primer año de mandato que sería el último

El presidente Correa, entrando en la Asamblea Nacional con su presidenta, Gabriela Rivadeneira, el 24 de mayo de 2013. API/Juan Cevallos

Quito, 22 may (EFE).- El presidente de Ecuador, Rafael Correa, cumple este sábado el primer año de su tercer mandato, que pude ser el último como lo ha anunciado, aunque mantiene abierta la posibilidad de presentarse nuevamente como candidato, tras la campanada de alerta recibida en las elecciones regionales.

Acostumbrado como estaba desde 2006 a ganar en cuanta elección o plebiscito se presentaba, febrero pasado fue, en lo político, para Correa y su movimiento Alianza País, una alerta sobre la necesidad de reforzar su fuerza, pues perdió en las urnas importantes reductos políticos, como el de la alcaldía de Quito.

Tampoco logró hacerse con la alcaldía de Guayaquil, la ciudad más poblada del país, que quedó en manos del derechista opositor Jaime Nebot y, aunque las urnas hicieron también visible la expansión de Alianza País en otras localidades, el propio gobernante mencionó un «revés» nada más conocer los primeros resultados electorales.

Andrés Páez, asambleísta opositor, cree que las elecciones de febrero revelan «que hay un cansancio de la ciudadanía y una pérdida de credibilidad del proyecto correista».

El presidente había asegurado que este sería su último período y que se retiraría de la vida pública, pero tras las elecciones, la firmeza de la decisión ya no fue tan contundente y el ambiente político se alteró con análisis sobre formas para dar vialidad a la eventual reelección.

Correa dijo entonces que, aunque su «decisión personal está tomada», tiene «una inmensa responsabilidad de garantizar este proyecto político», lo que crispó a la oposición, que cree que pretende perpetuarse en el poder.

Hay dos clases de reforma constitucional que podrían aplicarse para dar vialidad a una reelección: la enmienda, que puede ser por dos tercios de la Asamblea, y una reforma propiamente, que requeriría de un referéndum.

Independientemente de quienes apoyan o no a Correa, en el ambiente quedó, y se mantiene, la preocupación de que no hay aún una figura clara que reemplace al gobernante, que tiene un fuerte peso político y que ha acumulado altos porcentajes de aceptación desde que comenzó su administración en 2007.

Con un país estable en general, quizá el mayor sobresalto sea la intención gubernamental de explotar petróleo en una zona de alta biodiversidad de la Amazonía.

El colectivo Yasunidos pretendía que se sometiera a votación la extracción de crudo del subsuelo del bloque Ishpingo, Tambococha, Tiputini (ITT), impulsada por Correa tras el fracaso de un proyecto para dejar el petróleo bajo tierra a cambio de apoyo económico internacional.

Aunque Yasunidos presentó ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) más firmas de las requeridas para pedir la consulta, el órgano electoral invalidó miles por distintos motivos, quedando así en el camino la pretensión del colectivo que, por su lado, cree que hubo irregularidades en la revisión, algo que niega el CNE.

El asunto aún sigue latente, pues los «yasunidos» mantienen una campaña, sobre todo en las redes sociales, que habla de una «democracia en extinción».

El Gobierno mantiene una buena carta de presentación en lo económico, con una inflación que en abril cerró en un 0,30 %, situando a la anual en el 3,23 % y a la acumulada en el 1,83 %, de acuerdo con cifras oficiales del país andino, dolarizado desde el año 2000.

La sorpresa en el apoyo internacional llegó este año desde el Banco Mundial (BM), al conocerse la concesión de mil millones de dólares de financiación sin condiciones a Ecuador con un interés del 1,7 % y con hasta 15 años de gracia, dependiendo del tipo de proyectos en los que se utilicen.

Según Páez, entre otras acciones, esta ampliación de crédito evidencia «los primeros efectos de un modelo de derroche» y lleva al Gobierno a, entre otras medidas, aceptar apoyo de un organismo al que había criticado duramente.

Pero Correa resalta que la financiación se concede «en función de las condiciones de la economía y de la capacidad de pago» de Ecuador, por lo que ha dado la bienvenida a estos fondos asegurando que será más barata que la de China, un importante aliado del país andino en materia de financiación a través de la deuda. EFE

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