Policía pide perdón a Correa por el 30S y que conmute su condena de doce años

El policía Vinicio Carvajal, en fotografía de diciembre de 2013.

El policía Vinicio Carvajal, condenado a doce años de prisión por supuestamente haber atentado contra la vida del Presidente Rafael Correa durante el levantamiento policial del 30 de septiembre de 2010, ha hecho llegar un pedido de perdón al primer mandatario. Su defensa espera que se beneficie de la concesión del indulto, ofrecido por Correa si es que los sentenciados pedían perdón.

El pedido de indulto fue oficializado el pasado jueves, una vez que la sentencia quedó en firme.

Durante el enlace sabatino del pasado 30 de agosto, el mandatario ofreció indultar a los uniformados siempre que “reconozcan su gravísimo error… y piden disculpas, no al presidente sino al país entero, previa autorización de los familiares de las víctimas”.

Al igual que Carvajal, otros cinco uniformados fueron sentenciados por el Tribunal Penal, el pasado 1 de agosto.

El fiscal de la causa, Gustavo Benítez, dijo el pasado 1 de agosto, tras conocer el fallo del tribunal, que la decisión se sustentó debidamente con “pruebas sólidas” como vídeos proporcionados por varios medios de comunicación. “A estas personas se les puede ver en los videos con armas, tapados el rostro y dispuestos a disparar contra el mandatario”, dijo el fiscal.

Durante el juicio, la defensa alegó que el tribunal actuó sin pruebas contra los policías a los que se acusó, algunos de los cuales aseguran que no son los enmascarados que aparecen en los videos y que no existen pruebas de que sean ellos.

EL CASO CONTRA VINICIO CARVAJAL

El policía Vinicio Carvajal fue involucrado en el proceso tres años después de los hechos por el Fiscal Gustavo Benítez, quien mostró como prueba de su participación una foto publicada en un medio de prensa escrita en donde se observa a un agente que parece a punto de disparar hacia donde se encontraba un piquete de militares que resguardaba a Correa, tras ser rescatado del hospital de la Policía. Carvajal siempre ha sostenido que el de la foto no es él, y que él no estaba en el lugar de los hechos ese día.

Luego, Carvajal optó por acogerse al silencio.

Antes de Carvajal, el acusado era otro policía, un cabo de nombre Johnny Casalombo Mantilla, de 37 años, quien permaneció tres meses en prisión, acusado por el mismo Fiscal Gustavo Benítez, y a órdenes del mismo juez, Franz Valverde. El Fiscal acusaba a Casalombo basándose en un video, en el que se veía a un hombre enmascarado arengando a disparar en contra del Presidente. En el proceso se demostró que el 30 de septiembre de 2010, Casalombo había estado internado en un Hospital de Ventanas, convalenciendo de un accidente de tránsito que había sufrido el día anterior en esa localidad y en el que se había fracturado una pierna.

Casalombo tuvo que ser indultado.

Tres días después, el Presidente Rafael Correa arengó a la policía, durante el Enlace Nacional, a capturar al uniformado que se se ve en videos y fotografías supuestamente arengando a disparar en su contra. Tres meses después, los agentes capturaron en Vinicio Carvajal, en Latacunga, y lo acusaron de los mismos cargos que antes a Casalombo.

LA PETICIÓN DE INDULTO

El pedido de indulto fue entregado por Joffre Tapia, abogado de Carvajal, en compañía de la esposa del condenado, Évelin Hernández. Ella dijo que su esposo demostró buena conducta durante los nueve meses que ha permanecido detenido.

Al solicitar el indulto, Hernández pidió compasión al mandatario, ya que de su esposo depende la manutención de su hogar.

Los otros cinco sentenciados, afirmaron sus abogados, no aceptarán este ofrecimiento porque consideran que eso sería reconocer un delito que no cometieron.

El 30 de septiembre de 2010 una protesta de policías por asuntos salariales derivó en un alzamiento de proporciones en el que el presidente Correa fue agredido y tuvo que refugiarse en un hospital de la institución del orden.

El mandatario, que había acudido al lugar de la protesta para hablar con los agentes sobre sus inquietudes salariales, y terminó a gritos desafiando a que lo maten, fue rescatado en una operación militar desarrollada esa noche en medio de un intenso tiroteo.

Correa consideró que en esa jornada, en la que fallecieron unas diez personas, hubo un intento de golpe de Estado en su contra, instigado por grupos de oposición y “malos oficiales” de la Policía.

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