Partido español «Podemos» elogia las políticas de Ecuador

Las políticas actuales de Ecuador, Bolivia y Uruguay «han demostrado que se puede gobernar de otra forma», dijo el político español Pablo Iglesias, líder de «Podemos«, en referencia a la gestión política de España y otros países europeos.

El político madrileño, cuyo partido sorprendió en España al irrumpir como la cuarta fuerza en votos en las elecciones europeas de mayo, asiste hoy en Quito al Encuentro Latinoamericano Progresista (ELAP) 2014, que reúne hasta mañana a 35 fuerzas de izquierda de América Latina y Europa para debatir sobre el avance de la derecha en la región.

El politólogo, que visitó Bolivia y también viajará a Uruguay invitado por el presidente de ese país, José Mujica, cree que, por ejemplo, del modelo ecuatoriano que encabeza Rafael Correa se pueden aprovechar algunas cosas en la política española, aunque, «cuando gobernemos tendremos que seguir nuestra propia vía», advirtió en una entrevista con Efe.

«Aquí se ha demostrado algo que para nosotros es crucial, que es la posibilidad de recuperar la soberanía nacional«, subrayó, para destacar que en los siete años del gobierno de Correa se ha visto «cómo se reduce la tasa de paro, cómo disminuye la desigualdad, cómo las personas que salen de la pobreza son cada vez más, cómo se construyen infraestructuras, como se desarrolla el conocimiento».

También habló de que se ha podido «disciplinar un poquito a los poderes financieros» en Ecuador, donde se dijo a los bancos «que no se pueden llevar el dinero del país» y resaltó «reformas fiscales para que los ricos pagaran impuestos y que eso se tradujera en que se abren más escuelas y hospitales».

Otro ejemplo del país sudamericano citado por Iglesias es la auditoría de la deuda «sin duda exitosa, que facilitó que el Estado tuviera muchos más recursos para invertirlos en la gente y llevar a cabo un plan de rescate ciudadano», agregó.

«Hay un estilo de hacer política que respondió a los que dicen que no hay alternativa, que no se puede gobernar de otra manera, que claro que se puede gobernar de otra manera que puede favorecer a la mayor parte de la gente», aseveró.

El modelo de Correa, del que Iglesias se confesó admirador «por sus resultados», es «una demostración de que las políticas expansivas favorecedoras de la demanda interna funcionan muy bien, de que la recuperación de los recursos estratégicos es una cosa que funciona muy bien».

Iglesias asegura que las propuestas de su movimiento son «de sentido común», porque «las nociones de izquierda y derecha son una trampa que divide el tablero político de una manera que no sirve para cambiar las cosas».

«Podemos» defiende, por ello, la reforma fiscal, la auditoría de la deuda, el combate a la corrupción entendida «como un problema de forma de gobierno, no como un problema de manzanas podridas» y por eso se identifica con Rafael Correa, con el boliviano Evo Morales y con el uruguayo José Mujica «por el resultado de unas políticas de recuperación soberana que han funcionado muy bien», insistió.

Incluso sobre un aspecto por el que el Gobierno de Ecuador ha sido cuestionado desde sectores de oposición política y medios críticos, como es la situación de la libertad de expresión, el político español coincide con el mandatario ecuatoriano en la necesidad de regular la propiedad de los medios de comunicación.

«En este país, como en el nuestro, una de las mayores amenazas a la libertad es la concentración de propiedad de los medios de comunicación. Es terrible que tener un periódico, tener una televisión, tener una estación de radio sean privilegios que solamente se puedan permitir los multimillonarios», comentó.

El político izquierdista recordó que según cables de WikiLeaks, la embajada de Estados Unidos en el país andino «hablaba de que en Ecuador había libertad de prensa» y de que «algunos medios de comunicación conspiraban para dar un golpe de Estado».

Iglesias dijo que su visita tiene como finalidad «escuchar y aprender», además de «contar a los compañeros latinoamericanos» que «Podemos» no quiere ser una fuerza «subalterna», sino que nació «para intentar ganar», algo que no puede hacer «sin humildad y sin tener los ojos muy abiertos y sin conocer experiencias» de otros países. EFE

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