El presidente Rafael Correa descartó ayer cualquier acercamiento con la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), como fue solicitado por algunos militantes de su partido Alianza País, después que se conoció el fin del comodato de su sede, que deberá ser devuelta al Estado.
Correa manifestó, durante la posesión de las directivas de AP, en el sur de Quito que «hay gente que no lo entiende, vive del romanticismo, de los mitos, no se dan cuenta de lo que está en juego, el caso de la Conaie está latente, tal vez algunos aspiran a que con la Conaie exista un acercamiento, cuando hemos recibido traición tras traición, no entienden que ya no representan al movimiento indígena”.
Añadió que «esa gente nos ha dicho ladrones, genocida, traidores”, y recordó que el 30S Pachakutik pidió la destitución del presidente. “Han puesto denuncias acusando al Jefe de Estado de genocida en las cortes internacionales, no será la primera ni la última puñalada que reciba”.
Sobre la devolución de la sede de la Conaie, Correa defendió la decisión y dijo que se incumplió el comodato, anunciando más detalles para la sabatina.
Los asambleístas de AP Virgilio Hernández, Ximena Ponce y Diego Vintimilla manifestaron su desacuerdo con dejar a la Conaie sin su sede, la que ocupan desde 1991.