Quito, 18 mar (EFE).- Grupos sindicales y de indígenas de Ecuador ultiman hoy los detalles de una protesta convocada para mañana contra ciertas políticas del Gobierno ecuatoriano, en un nuevo pulso con el oficialismo que prepara una «vigilia» de respaldo a la Administración.
El Frente Unitario de Trabajadores (FUT) y la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), los dos principales convocantes de la protesta, han señalado que las manifestaciones serán pacíficas y se efectuarán en varias ciudades del país.
El derecho a la huelga, la estabilidad laboral, el incremento salarial, la seguridad social universal, una reforma agraria integral, la redistribución de tierras y reformas a varias leyes en vigor como las de Aguas, Comunicación, de Educación y al Código penal forman parte del pliego de peticiones de los manifestantes.
Asimismo, demandan la permanencia del subsidio al gas de uso doméstico, se oponen a la política de promoción de cocinas de inducción eléctrica impulsada por el Gobierno y exigen la legalización de la propiedad de un edificio estatal en Quito, donde funciona desde hace varios años la sede de la Conaie.
La marcha principal se concentrará en la capital, aunque se espera que las manifestaciones se reproduzcan en otras ciudades como Guayaquil, Cuenca, Ibarra, Riobamba y Ambato, entre otras.
Mesías Tatamuez, presidente de la Confederación de Organizaciones Clasistas Unitarias de Trabajadores (Cedocut), filial del FUT, negó esta semana que la marcha sea para desestabilizar al Gobierno, como temen varias autoridades.
La movilización «es para pedir estabilidad laboral, reforma agraria integral y una educación libre y voluntaria», subrayó Tatamuez.
Al referirse a las protestas, el presidente del país, Rafael Correa, tras asegurar que su Administración es la que más ha apoyado a los sectores menos favorecidos, señaló hoy que en su Gobierno están «contra los abusos».
«Estamos contra los abusos, porque muchos de esos sindicatos lo que hacían era esquilmar al sector público. Como nadie defendía al Estado, imponían sus abusos», dijo Correa en una intervención en un acto público.
El mandatario también ha criticado que esos grupos sindicales y de indígenas, que se identifican con la izquierda y que al principio de su administración (2007) lo apoyaban, ahora coincidan con los movimientos de derechas opuestos a su Gobierno.
Sin embargo, organizadores de las marchas han anticipado que no quieren la presencia de representantes de grupos de derechas en las manifestaciones que, desde el oficialismo, se interpretan como un intento de desestabilizar al Gobierno.
Los trabajadores llegan divididos a la marcha de mañana y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) señaló hoy en un comunicado que las acciones previstas «no representan el sentir democrático y pacífico del pueblo ecuatoriano ni de la mayoría de los trabajadores del país».
Para mañana también se han anunciado concentraciones en respaldo al Gobierno ecuatoriano, sobre todo una «vigilia» en la Plaza de la Independencia, en el centro colonial de Quito donde se encuentra el Palacio de Gobierno.
En las redes sociales, el tema de la marcha, bautizada como «19M», ha tenido una amplia repercusión con mensajes que respaldan a la Administración y otros en los que se convoca a la participación en la marcha por temas distintos a los de los organizadores.
Y es que la manifestación de mañana ocurrirá en medio del rechazo de ciertos sectores que temen la subida de precios de distintos productos debido a la aplicación de una salvaguardia aduanera a un tercio de las importaciones que efectúa el país y que el Gobierno aplicó para aplacar el grave efecto en su balanza de pagos por la caída del precio del petróleo y la apreciación del dólar.
Aparte de los temas económicos, entre los argumentos que se leen en redes sociales para acudir a las marchas de mañana figuran temas relacionados con la educación, asuntos de género y por el derecho de las mujeres, entre otros asuntos. EFE