Con marchas, oficialismo y oposición definen la cancha política en Ecuador

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Con marchas que prometen ser masivas, el oficialismo y la oposición en Ecuador definen este Primero de Mayo la cancha política de cara a varias medidas gubernamentales internas consideradas polémicas y en previsión a las elecciones presidenciales de 2017.

La defensa de la Seguridad Social, la posición sobre una Ley de Tierras impulsada por el Ejecutivo, el impacto de unas salvaguardias aduaneras en el costo de vida y unas polémicas reformas constitucionales que incluyen la reelección indefinida, son los temas que enfrentan a ambas partes.

El Frente Unitario de Trabajadores (FUT), la mayor central obrera del país, ha convocado a marchas, como todos los años, en casi todas las ciudades del país, aunque la movilización obrera más importante se concentrará en Quito.

El FUT, apoyado por otros movimientos sociales, como los indígenas, que otrora apoyaban al Gobierno, marchará en Quito cobijado por la bandera de la defensa de la Seguridad Social, que se ha vuelto un caballo de batalla desde que el Ejecutivo decidiera reformar su política de aportes a la jubilación.

El movimiento oficialista Alianza País, que lidera el presidente Rafael Correa, también ha convocado a una movilización en Quito en la que pretende demostrar, a decir del mandatario, que quienes apoyan a su administración son «muchísimos más» que los opositores.

Correa, que ha calificado al suyo como el Gobierno de los Trabajadores, ha criticado a los dirigentes del FUT por no reconocer los avances en materia laboral y por, según él, «hacerle el juego» a la oposición de derechas.

«No permitiremos que nos roben el Primero de Mayo», declaró Correa al señalar que en su administración se ha duplicado el salario, se ha eliminado la tercerización (subcontratación) y se ha incorporado a miles de nuevos trabajadores al sistema de Seguridad Social.

Por contra, los dirigentes del FUT temen que se menoscaben las pensiones de jubilación y de la Seguridad Social y que aumente el costo de vida por los impuestos a las importaciones definidas por el Gobierno, además de que advierten de una persecución contra el sindicalismo.

Ambas movilizaciones transitarán por calles del centro colonial de Quito, aunque separados por varias arterias viales y cordones policiales que vigilarán «sin armas ni gases lacrimógenos» a las dos manifestaciones, según han declarado autoridades.

Para el sociólogo Napoleón Saltos, el Día del Trabajo en Ecuador se constituirá en un escenario para que los actores políticos y sociales marquen la cancha del debate de cara al futuro inmediato.

Asimismo, observó una eventual disconformidad social hacia el Gobierno acentuada, sobre todo, en Quito, donde se ha visto emerger a varios movimientos populares contrarios a ciertas políticas oficialistas.

Pero, dijo, «no hay una cabeza visible» que aglutine el liderazgo de esos movimientos sociales que harán frente en las calles a una convocatoria gubernamental que atrae a sectores de la población beneficiados por obras.

Por ello, considera que el pulso en las calles se trasladará a los medios, que será «la propaganda la que marque» el desenlace del Primero de Mayo y cree que debe haber cierta preocupación ante la posibilidad de que se produzcan «conatos de incidentes» que puedan ser aprovechados políticamente.

Además, dijo que un tercer actor político, la derecha representada por el exbanquero Guillermo Lasso, quien se perfila como posible candidato presidencial para 2017, podría tener una presencia el Día del Trabajo, ante la convocatoria que esa tendencia ha hecho para efectuar una concentración en Quito.

Si bien los diferentes sectores podrían posicionarse en la cancha política el próximo viernes, «no es todavía un momento de decisiones finales» de cara a las elecciones de 2017, añade el analista, que considera que para ello aún falta tiempo. EFE [I]

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