Asamblea de SIP concluye con llamado a defensa libertad de prensa en América

La 71 asamblea general de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) concluyó con un llamado a la defensa de la libertad de expresión en Latinoamérica, hoy «más necesaria que nunca», y con críticas a la intervención de los Gobiernos en los medios de comunicación.

Durante cinco días más de 300 periodistas, expertos y destacados directivos de los principales medios de comunicación de la región han repasado en Charleston, Carolina de Sur, la situación de la libertad de expresión y el sector periodístico en Latinoamérica.

En la ceremonia de clausura, el periodista estadounidense Pierre Manigault, presidente del diario The Postand Courier de Charleston, tomó el relevo como nuevo presidente de la SIP, en sustitución del peruano Gustavo Mohme, del periódico peruano La República.

En su discurso, Manigault defendió que la SIP es hoy «más necesaria que nunca» para defender la libertad de prensa en América, y con ese objetivo pidió «ayuda» a todos los socios de la organización.

El nuevo responsable de la SIP avanzó también su deseo de «adaptar» esta organización a los nuevos tiempos con un cambio de estatutos, sin dejar de reconocer los logros que se han conseguido en el pasado.

La Asamblea aprobó hoy los informes referidos a la situación de la libertad de expresión en los principales países de América Latina, debatidos a lo largo de estos cinco días en el transcurso de la asamblea general.

En los respectivos informes, y por distintas razones, la SIP lanza duras advertencias sobre la situación de la libertad de expresión en países como Venezuela, Cuba, Ecuador, Nicaragua, Argentina y México, entre otros.

En el caso de Cuba, la SIP denuncia que la violación de los derechos humanos y «la censura sobre sitios digitales se mantiene», como el caso de portales como Cubaencuentro, Martinoticias y el diario digital 14ymedio.com, además de otros medios que mantienen «una óptica crítica con el gobierno».

Respecto a México, la SIP recuerda en su informe que este último año ha sido «uno de los periodos más violentos para la libertad de prensa», y concluye que tras el último asesinato en la capital «ya no hay lugar seguro para ejercer la profesión en el país».

En cuanto a Argentina, la asamblea de la SIP denunció el «uso de recursos públicos para montar gigantescos aparatos comunicacionales» destinados a la deslegitimación del periodismo independiente y de la oposición.

También criticó la «aplicación selectiva de normas para perseguir la disidencia», así como la «sanción de leyes específicas para desarticular medios críticos y favorecer voces oficialistas» en Argentina, además de presión a los anunciantes privados para «quebrar económicamente a las empresas periodísticas».

En el caso de Venezuela, el informe de la SIP se denuncia que «los atentados a la libertad de expresión y de prensa son parte del deteriorado contexto social e institucional de lo que ocurre en el país».

«Han cedido todos los elementos esenciales de la democracia. El periodismo independiente y la fuerza modeladora de la opinión pública se encuentran fracturadas, imponiéndose un totalitarismo comunicacional de Estado», dice el informe, en el que se denuncia la «tiranía ejercida y compartida por el presidente Nicolás Maduro Moros y el titular de la Asamblea Nacional, capitán Diosdado Cabello».

Los asistentes a la asamblea de la SIP también tuvieron la oportunidad de rendir homenaje a los once periodistas asesinados este año en América Latina: 3 en Brasil, 3 en México, 2 en Guatemala, 1 en Colombia, 1 en Honduras y 1 en República Dominicana.

La próxima reunión de medio año de la SIP tendrá lugar en abril de 2016 en Punta Cana, en la República Dominicana, y la 72 Asamblea General se celebrará en octubre de 2016 en México, con motivo del centenario del diario El Universal. EFE [I]

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