El oficialista movimiento Alianza PAIS ha acordado solidarizarse con el expresidente de Brasil, Lula da Silva, investigado por corrupción por los órganos judiciales de su país, y la presidentas Dilma Rousseff, investigada también por el Congreso de Brasil, según ha informado el oficialista sitio de El Telégrafo.
La directiva de PAIS ha expresado que Rousseff es víctima de un «golpe blando». Y que existen «mecanismos de desestabilización» ante lo cual las fuerzas progresistas Latinoamericanas están «unidas». Y que a su criterio, no hay una sola prueba que involucre a Rousseff y Lula da Silva en actos de corrupción.
Carol Delgado, embajadora de Venezuela en Ecuador, manifestó que los poderes fácticos buscan «imponerse por encima de las leyes y voluntad popular», pero sobre todo por encima de los pobres.
Patricio Baquerizo, en representación del Frente Unidos, también rechazó la investigación de la corrupción en Brasil. «Quieren volver a imponer el modelo neoliberal», dijo Baquerizo. Valeria Puga, de la Comisión de Relaciones Internacionales de PAIS, señaló que los movimientos y partidos de izquierda seguirán vigilantes de estos procesos.
El Telégrafo también ha reportado que el Foro de Sao Paulo se reunirá en agosto, y que se realizará en Ecuador un nuevo Encuentro Latinoamericana Progresista (ELAP) entre el 28, 29 y 30 de septiembre para analizar estos temas. (I)