Moreno dice que preferiría no ser candidato, pero que si el partido lo pide, lo hará

Lenín Moreno, en un campo de refugiados en Líbano. Foto publicada por la página de Facebook de Lenín Moreno.

Beirut, 27 ago (EFE).- El enviado especial de la ONU para las personas con discapacidad, el ecuatoriano Lenín Moreno, acusó a las grandes potencias de no cumplir sus promesas de acoger refugiados, en una entrevista con Efe en la que mostró su esperanza de que esta situación se revierta.

«Las grandes potencias prometieron acoger refugiados pero no lo están haciendo, eso no es humano y espero que esta situación cambie lo antes posible», dijo Moreno en una entrevista concedida a Efe durante un viaje oficial al Líbano donde visitó un campo de refugiados sirio en la región oriental de la Bekaa.

«He lanzado un llamamiento a la comunidad internacional para que cumpla con su obligación de defender a estos hermanos (refugiados) que pasan por momentos muy difíciles», agregó Moreno, que se mueve en silla de ruedas.

Para el enviado de la ONU, cuya voz refleja una gran serenidad, su «mayor impresión» durante su estancia en el Líbano «fue en la Bekaa, donde visité campos de los hermanos sirios que pasan por momentos muy difíciles, muy especiales».

En este sentido, alabó la acogida que brinda el Líbano a esas personas a pesar de las «dificultades por las que también atraviesa el pueblo libanés».

Asimismo, solicitó a las autoridades de este país árabe que se facilite a las personas discapacitadas «el ejercicio de sus derechos de acuerdo con lo que dice la Convención (de Naciones Unidas), firmada por el Líbano hace diez años pero que aun no ha ratificado».

«Los ministros libaneses se comprometieron a hacer un seguimiento y esperamos que en cuanto la situación se normalice sea uno de los primeros temas que traten», comentó Moreno, quien no dejó de intercalar citas de personajes celebres en sus declaraciones.

Moreno advirtió que para defender los derechos de las personas con discapacidad no es suficiente la elaboración de leyes, sino que estas «sean aplicadas y convertidas en políticas públicas y que no se queden en letra muerta».

Sin embargo, reconoció que las guerras que tienen lugar en Oriente Medio impiden que los gobiernos atiendan las demandas de los discapacitados, como en Siria.

«Ese hermoso país (Siria) parece un tablero de ajedrez. Se debe cumplir con los preceptos de las Naciones Unidas de libre soberanía y autodeterminación, sacar las manos de Siria y dejar que los sirios resuelvan sus problemas ellos mismos», subrayó antes de asegurar que que en lo «único en que se puede colaborar ahora es con alimentación, medicinas y cosas que se necesitan en estas circunstancias».

Por otra parte, sobre el hecho de que en las sociedades árabes en muchas ocasiones se considera a las personas con discapacidad como una carga, Moreno aseguró que en «Ecuador sucedía lo mismo. Esas personas estaban avergonzadas y avergonzando a sus familiares y amigos, permanecían recluidas y escondidas en sus casas, pero no significa que no existían para la sociedad».

«Iniciamos una campaña intensa para indicar las potencialidades de esas personas, su capacidad de conocer, amar, destrezas, habilidades, conocimientos tan especiales que adquieren y que pueden ser puestos en beneficio de la sociedad», declaró.

Según él, es una cuestión de «influencia sutil o efecto de mariposa, es decir, que alguien comience y eso tiene un potencial muy grande».

Asimismo, Lenín Moreno, quien fue vicepresidente de Ecuador entre 2007 y 2013, expresó que «preferiría» no presentar su candidatura a la presidencia del país, aunque subrayó que si así lo desea su movimiento, el oficialista Alianza País, accedería por «lealtad».

«Preferiría no hacerlo (presentarse como candidato) porque tenía la intención después de esta actividad de regresar a mi casa y vivir con tranquilidad; pero si el movimiento político del señor presidente (Rafael Correa), que es un extraordinario y querido amigo, los amigos del movimiento y el pueblo ecuatoriano me escoge, lo haré», dijo.

Moreno, parapléjico desde 1998, tras ser víctima de un asalto en el que recibió un disparo que le seccionó la médula, recordó también lo «duro» que fue reponerse de aquel golpe.

«Cuando me dispararon y me provocaron la discapacidad fue terrible, ya que tenía dolores muy intensos que me hacían preferir no estar vivo», contó a Efe.

Sin embargo, confesó que, pasado un tiempo, «encontró la fortaleza, el humor, la sonrisa, la risa, pero sobre todo el perdón, que es el mayor sanador. No solo hay que perdonar a los demás, hay que perdonarse también asimismo. Nadie puede dar felicidad a los otros si no está satisfecho consigo mismo». EFE

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