La candidata presidencial del Partido Social Cristiano, Cynthia Viteri, ha arremetido en tres ocasiones en contra del del representante de CREO, Guillermo Lasso, acusándolo de ser responsable de los despidos laborales del Banco de Guayaquil, en el marco del debate presidencial organizado por la Cámara de Comercio de Guayaquil, en el que participan todos los candidatos, excepto el oficialista, Lenín Moreno.
Cynthia también ha acusado a Lasso de haber financiado la primera campaña electoral del presidente Rafael Correa.
Lasso ha respondido a Cynthia que no va a responder con ataques personales y que ella «no es la enemiga del Ecuador». Que «el enemigo del Ecuador son los factores que provocan el desempleo y la falta de oportunidades a los ecuatorianos».
El candidato Iván Espinel también ha arremetido en dos ocasiones contra Lasso y lo ha acusado de «corrupción» porque dijo «ya está nombrando ministros. Un ministro de Agricultura ha nombrado por ahí. Esto también es corrupción. Corrupción es no darle oportunidades a todos los ecuatorianos». Lasso ha respondido: «Parece que soy el favorito del resto de candidatos».
«Dalo» Bucaram, hijo del expresidente Abdalá Bucaram, en un momento de su intervención pidió a los otros candidatos, especialmente a Viteri y Lasso, que dejaran de pelear y se enfocaran en sus propuestas.
Él, por ejemplo, dijo que no permitirá la precarización del trabajo, que brindará incentivos tributarios a la empresa privada que genere empleo en beneficio de sectores vulnerables y propuso crear una Comisión de la Verdad para que investigue la corrupción actual y del pasado.
«Tenemos que construir un país en que las diferencias se conviertan en fortalezas», dijo Bucaram, que conminó a los votantes a elegir el día de los comicios «entre el odio y la paz».
Lasso centró su participación en su propuesta de generación de un millón de empleos en cuatro años. El día de los comicios hay dos opciones, o se da el voto «por la crisis económica o por el cambio», dijo Lasso que reclamó para sí el papel de «líder de la oposición».
Washington Pesántez, el exfiscal general del país al comienzo del gobierno de Correa, habló como otros de establecer el trabajo por horas, de exoneración de tributos y de impulsar el potencial agrícola del país para mejorar la economía y fortalecer la dolarización.
Propuso convocar a una Asamblea Nacional Constituyente y pidió a los votantes «reemplazar un modelo de diez años» impuesto por Correa y luchar por la «unidad, para sacar al país adelante».
Patricio Zuquilanda, el candidato de Sociedad Patriótica, que fuera Canciller durante el gobierno de Lucio Gutiérrez, señaló como parte del programa de su eventual gobierno el trabajo por horas, crear una flota pesquera de alto calado, fomentar una industria de energía solar y atraer a la banca internacional para reducir el costo de los créditos.
También propuso la política de “jueces sin rostro” para castigar delitos como la corrupción y restituir la política de visados para regular la entrada de inmigrantes.
Iván Espinel, el más joven de los candidatos, por su parte, criticó al candidato ausente y a los partidos tradicionales que participaron en el debate, e insistió en su «Ley bisturí» contra la corrupción, que incluiría penas de hasta 40 años de prisión por malversación de fondos públicos.
Espinel fue el único de los candidatos que no usó saco, y su peinado parecía al de una estrella de rap.
Propuso una consulta popular sobre la restitución de la pena de muerte en casos de violación y asesinato de menores, así como eliminar una tabla para el porte mínimo de los consumidores de drogas.
El socialdemócrata Paco Moncayo, ex alcalde de Quito y ex legislador, que lidera una alianza que engloba al antiguo Movimiento Popular Democrático y al movimiento indígena Pachakutik, señaló que con una política de construcción de obras públicas el Estado podría generar 285.000 empleos y ofreció cambiar la matriz productiva del país con la industrialización del sector agrícola, entre otras medidas.
Propuso la creación de una «Comisión cívica anticorrupción» y de veedurías ciudadanas para el control del sector público, y dijo que el 19 de febrero será un momento «crucial» para los ecuatorianos. «No queremos volver al pasado», apostilló.
Cynthia Viteri prometió atraer la inversión privada para generar trabajo. Ofreció derogar la Ley de Comunicación, llamar a una alianza internacional contra el narcotráfico e ir a una consulta popular para «liberar a la justicia» y alcanzar la «independencia a organismos de control».
El debate es el primero que se organiza con vistas a los comicios presidenciales y legislativos del próximo 19 de febrero, cuando 12,8 millones de ecuatorianos, facultados para votar, elegirán al sucesor de Correa, quien lleva diez años en el poder.
