Proyecto anticorrupción en Ecuador puede ser insuficiente para mal endémico

Guayas (Guayaquil) 14 de septiembre.- Presidente Lenín Moreno, presenció la Firma del convenio con la Conferencia Episcopal para uso de instalaciones a nivel nacional para formación técnica y tecnológica. Foto: Jonathan Mirenda/ Presidencia de la República.

El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, empeñado en aplicar una «cirugía mayor» a la corrupción, ha presentado al Legislativo un proyecto de ley con el que quiere «ganar la batalla de la decencia contra el robo», aunque algunos juristas lo consideran un mero remedio ante una enfermedad endémica.

El pasado jueves, la secretaria jurídica de la Presidencia, Johana Pesántez, entregó a la Asamblea (Parlamento) el proyecto de Ley Orgánica Anticorrupción y Protección al Denunciante que, entre otras cosas, facilita la incautación de bienes a acusados de corrupción y la recuperación del dinero envuelto en este tipo de casos.

También agiliza el llamado recurso de «repetición», que endosa los pasivos de la corrupción a los funcionarios públicos envueltos en el mal manejo del dinero público.

Asimismo, ofrece recompensas y protección a delatores que brinden información «cierta y comprobable» sobre el destino del dinero producto de la corrupción.

El proyecto legal del Ejecutivo se presentó inmediatamente después de que el Parlamento remitiera al presidente Moreno otra ley Anticorrupción aprobada casi por consenso en el Legislativo, y que, curiosamente, fue vetada totalmente por el Ejecutivo.

El legislador socialcristiano Luis Fernando Torres dijo que le resulta inexplicable que Moreno haya vetado totalmente la Ley Anticorrupción de la Asamblea que, según él, tenía «normas interesantes».

«El veto total al proyecto de Ley de Lucha contra la Corrupción es una bofetada a la Asamblea Nacional«, afirmó Torres en redes sociales y negó que esa normativa haya tenido la intención de favorecer a exfuncionarios acusados de corrupción como el caso del exvicepresidente Jorge Glas.

Para el abogado y analista de temas legales Ramiro Aguilar, la polémica surge porque en el país, generalmente, «se legisla sobre la base de la coyuntura» existente en ese momento.

Por eso, para él, la ley del Parlamento y la que ahora presenta el Gobierno responden a los graves cuestionamientos que, por presuntos hechos de corrupción, se han vertido sobre el expresidente Rafael Correa (2007-2017).

La pregunta que se debería hacer el país, se plantea el letrado, es si «el ordenamiento vigente, es o no suficiente para combatir la corrupción«, y afirma que «Ecuador tiene demasiadas leyes para combatir la corrupción».

Frente a ello, considera en una entrevista con Efe que lo que no ha tenido el país es una «Justicia independiente», una «Fiscalía profesional» y una Contraloría (Tribunal de cuentas del Estado) «libre de influencia política».

Además, indicó que el proyecto legal del Ejecutivo debería ser sometido en el Legislativo a un «control de constitucionalidad» y también de «convencionalidad», para impedir que riña con el derecho internacional, sobre todo con los principios establecidos por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos como la presunción de inocencia o normativas sobre detenciones ilegales, entre otras.

Y es que a su juicio las personas que se vean afectadas por la normativa del Ejecutivo, que calificó de «inquisidora», podrían activar en el futuro demandas contra el Estado en organismos internacionales por eventuales violaciones a sus derechos y al debido proceso.

En ese sentido, podría «resultar peor el remedio que la enfermedad«, dice, en un país donde la corrupción es una enfermedad endémica que, por la cantidad de casos descubiertos, se remonta a mucho antes del Gobierno de Correa y que, por tanto, requeriría de una cirugía profunda en otros órdenes.

«El apresuramiento en encarcelar (a alguien salpicado por hechos de corrupción) satisface el odio político (coyuntural), pero sacrifica el profesionalismo» que deben tener los jueces y fiscales, justamente para no dejar en la impunidad este tipo de casos, refirió el experto penalista. EFE

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