Correa dice que no regresará a defenderse de las imputaciones de Contraloría

El expresidente Rafael Correa, en una foto de archivo, de febrero de 2018, en Guayaquil. API/Marcos Pin

El expresidente Rafael Correa ha dicho al periodista Hernán Higuera, de la emisora FM-Mundo, que no regresará a defenderse de las imputaciones de la Contraloría General del Estado que esta mañana ha emitido un informe con responsabilidad penal en el manejo de la deuda externa.

Horas después ha convocado a través de Twitter a una marcha de protesta, este martes 10 de abril, a las 16h00, en las afueras del Banco Central, en Quito, en contra del informe de Contraloría.

«Yo estoy viviendo afuera.  No sé por qué esa pregunta. Lo dije hace dos años, que yo iba a vivir afuera. Por un delincuente como (…el Contralor Pablo) Celi yo no tengo por qué regresar al país, dañar mi familia. Usted sabe que mi esposa es extranjera, mis hijos están estudiando… ¡qué nos pasa, Hernán! ¡Por favor, no pierda la decencia por los odios! ¡Por favor, no transmitan antivalores», dijo Correa.

Antes había dicho que «el que tiene que responder es un delincuente como Celi, asesor de Bucaram, mano derecha de Carlos Pólit, acusado por Capaya en el Caso Refinería, por Álex Bravo… ¡esos papelitos amarillos son manuscritos de Álex Bravo que dicen que este señor recibía dinero, porque él firmó la mitad de los informes de Odebrecht porque Pólit siempre estaba fuera del país!. ¿Saben a quién tenemos de Contralor? ¡Reaccione Quito, reaccione el país, esto no es por Correa, es por la Patria».

Correa aseguró que la decisión de la Contraloría sobre la gestión de la deuda bajo su Administración contradice los análisis económicos de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), según una información difundida hoy por la emisora local FM Mundo.

Correa calificó además de «persecución política» los indicios de responsabilidad penal, para los que aseguró, debe haber «lucramiento y dolo».

«Que compruebe, primero, que hemos pasado el límite de deuda, que se mide con la metodología del FMI que se mide en la mayoría de los países de mundo», censuró.

Y ante las sospechas de que podría haber emitido un decreto de manera que la contabilidad de la deuda pública fuera menor al 40 por ciento establecido por ley, se defendió señalando que debe quedar probado que hay algún tipo de intención de hacer daño u obtener beneficios por ello.

«Supongamos que nos hayamos pasado el límite de deuda, ¿de dónde hay una responsabilidad penal?. Para ello debe haber dolo, deseo de hacer daño, beneficios de terceros, ¿quién ha lucrado, qué daño se ha hecho?», apostilló.

Y aseguró que «se trata de una vulgar persecución política, todo el mundo lo sabe, pero todo el mundo calla».

Tachó asimismo de «impostor» al actual contralor subrogante, Celi y argumentó que la limitación del 40 por ciento a la deuda pública para que no sobrepase el PIB era «evitar otra crisis como la del 99».

Adujo que el presidente tiene «derecho de reglamentar la ley» y que ese saldo se hizo de acuerdo a las estadísticas del FMI.

Sobre endeudamientos por la venta anticipada de crudo dijo que «una operación financiera le afecta al balance general, la estructura de activos, pero no al estado de pérdidas y ganancias, mientras que una operación comercial son pasivos y no se contemplan como deuda».

Entre las irregularidades presentadas, el equipo de auditoría de la Contraloría detalla que mediante tres resoluciones ministeriales se declaró «secreta y reservada» la documentación de operaciones de endeudamiento, según el comunicado de Contraloría.

Sobre la reserva, Correa adujo que «la ley lo permite» y que fue el titular de Finanzas entonces quien propuso la medida que él respaldó «porque había que cuidar la reserva monetaria, había múltiples razones» y que fue un acuerdo ministerial, no un decreto presidencial.

«Yo soy el que tengo que demostrar que soy inocente, entonces. No, es la Contraloría la que tiene que demostrar que soy culpable», manifestó el expresidente ecuatoriano, quien dijo residir en la actualidad en el extranjero y no tener intenciones de regresar al país. EFE

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