Cardenales debaten perfil papal antes del cónclave

CIUDAD DEL VATICANO (AP) — Los cardenales se encerrarán mañana en la Capilla Sixtina para elegir un nuevo papa, mientras se debate si la Iglesia Católica necesita un gestor que ponga orden en el Vaticano o un líder pastoral capaz de inspirar a los fieles en tiempos de crisis.

En la víspera del cónclave, todo indica que muchas cuestiones sobre el estado de la Iglesia y sobre el candidato idóneo para dirigirla quedaron sin resolver. Después de la sorpresiva renuncia de Benedicto XVI, algunas voces apuntan que el cónclave que comienza el martes podría ser largo dada su importancia.

«No existen agrupaciones, ni compromisos, ni alianzas, sino que cada uno con su conciencia, votará por la persona que cree que será la más indicada, por lo cual no pienso que se resolverá rápidamente«, dijo el cardenal chileno Francisco Javier Errázuriz a The Associated Press.

«Mañana (martes) es un día muy importante para la historia de la Iglesia«, afirmó el cardenal de Toronto Thomas Collins a los medios de comunicación.

No existe un favorito claro para un cargo que muchos cardenales dicen no querer. Pero circula una lista de candidatos a ocupar la silla de Pedro y dirigir espiritualmente a los 1.200 millones de fieles que profesan la religión católica.

Uno de ellos es latinoamericano.

El brasileño Odilo Scherer parece contar con el favor de la curia vaticana y es sabedor de su burocracia. El arzobispo de Sao Paulo conoce las finanzas de la Santa Sede y forma parte de la comisión rectora del banco Vaticano.

Por otro lado, suena con fuerza el italiano Angelo Scola. Arzobispo de Milán, la diócesis más importante de Italia, Scola tiene fama de buen gestor tanto en Milán como antes en Venecia.

De carácter afable, es considerado un candidato atractivo para acometer la reforma interna de la Iglesia, especialmente expuesta a casos de corrupción y batallas como las filtraciones de Vatileaks.

Como líderes pastorales, se barajan los nombres de dos estadounidenses: el cardenal Timothy Dolan de Nueva York y Sean O’Malley de Boston. O’Malley usa Twitter habitualmente. Es un hispanófilo confeso, doctor en literatura española y portuguesa, que tuvo que afrontar a su llegada a Boston los casos de abusos a menores por parte de sacerdotes.

Una de sus decisiones más conocidas fue poner a la venta el Palacio Episcopal de la ciudad para indemnizar a las víctimas.

Dice el aforismo vaticano que el que entra como papa al cónclave sale cardenal. Aunque no siempre ha sido así. Joseph Ratzinger, después Benedicto XVI, llegó como gran papable al cónclave del 2005 tras la muerte de Juan Pablo II y salió elegido.

Sea como fuere, el próximo papa necesitará sumar 77 votos de los 115 cardenales electores. Y si nadie se acerca a esa mayoría clara en las primeras rondas, cualquier sorpresa es posible.

El próximo pontífice enfrentará una Iglesia en crisis. Benedicto XVI dedicó la mayor parte de sus casi ocho años de papado a reavivar el catolicismo de una tendencia general a la secularización que ha relegado su importancia en la mayor parte del mundo, y especialmente en Europa. Los casos de abusos a menores han apartado a muchos fieles y el crecimiento de la Iglesia evangélica se ha dejado sentir en continentes como Africa y América Latina.

En la reunión de este lunes, el cardenal Tarcisio Bertone, número dos del Vaticano, informó sobre la comisión que investiga el presunto escándalo de las finanzas de la Santa Sede. Bertone subrayó los esfuerzos para limpiar la reputación internacional de la institución, informó el reverendo Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, en rueda de prensa.

Las finanzas de la Santa Sede, y en particular de la banca vaticana, han quedado en entredicho por supuestas acusaciones de corrupción.

Este asunto, unido al famoso caso Vatileaks, el informe redactado por tres cardenales sobre la fuga de documentos confidenciales de Benedicto XVI, ha marcado las congregaciones de cardenales previas al cónclave.

Errázuriz señaló que ha leído más sobre Vatileaks en los periódicos «que escuchado en las congregaciones». Además, admitió que algunos cardenales pidieron conocer el documento pero consideró que «no se puede cambiar la decisión del papa emérito, que decidió que fuera conocido sólo por su sucesor».

El informe recoge el resultado de meses de interrogatorios a clérigos de todos los niveles, laicos y periodistas, que según la prensa italiana revelan profundos problemas dentro de la curia.

Massimo Franco, conocido columnista del diario italiano Corriere della Sera, señaló que los supuestos casos de corrupción planean sobre el cónclave, lo que siembra más dudas sobre el resultado.

«Es impredecible. No hay una mayoría establecida», comentó.

En Roma, todo está preparado.

Los fieles se mezclan en la plaza de San Pedro con los turistas que visitan la ciudad. Dos pantallas gigantes colocadas delante de las enormes estatuas de los santos Pedro y Pablo que custodian el acceso a la basílica permitirán seguir las famosas fumatas -negra o blanca- que anuncian los resultados de las votaciones.

«El espíritu santo va a soplar mucho y estamos a la expectación del nuevo papa», dijo Lupita Segovia, una religiosa mexicana de 48 años que se encuentra en Roma para seguir el cónclave. «No me importa que sea latinoamericano, lo más importante es que sea bien humano y santo», agregó.

El rito milenario del cónclave se iniciará con la llegada de los cardenales a la residencia de Santa Marta en el Vaticano, su lugar de residencia cerrado al público mientras dure la elección.

Poco después, el decano del colegio cardenalicio, Angelo Sodano, presidirá la celebración de la misa «Pro eligendo Pontificie» (para la elección del papa) en el interior de la basílica de San Pedro, a la que asistirán los 115 cardenales electores.

Por la tarde, una procesión entre plegarias e himnos gregorianos conducirá a los cardenales hasta la Capilla Sixtina, que quedará cerrada bajo llave. En latín, cónclave significa literalmente «con llave».

El mismo martes se producirá la primera votación, cuyo resultado se conocerá a través de la chimenea de la capilla. El humo negro de las papeletas quemadas significa que no hay nuevo papa. El humo blanco supondría que el papa número 266 de la historia ha sido elegido.

De no haber acuerdo, se producirán dos votaciones -por la mañana y por la tarde- en los días sucesivos.

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