Argentina gana 1-0 a Brasil en asuntos religiosos

TOLEDO, Brasil (AP) — Acérrimos rivales en el fútbol. Blancos mutuos de bromas. La samba contra el tango.

Brasil y su vecino Argentina son rivales en casi todo.

Pero ahora, en el ámbito de la religión al menos, Argentina ha superado al gigante de al lado.

La elección del papa Francisco, antes cardenal argentino Jorge Bergoglio, puso al país un paso delante de Brasil, al menos en asuntos religiosos.

¿El puñal en el corazón de Brasil?

El hecho es que una semana antes del cónclave en el Vaticano, donde los cardenales de todo el mundo se reunieron para elegir al nuevo pontífice, el brasileño Odilo Scherer era mencionado como uno de los favoritos.

A pesar de eso, la mayoría de los brasileños opina que es grandioso tener un papa latinoamericano aunque —¡gulp!— provenga de su principal competidor en la región.

«No podemos poner en entredicho una decisión así, aunque tengamos una fuerte rivalidad», dijo Suelen Roos, mesera en la cafetería Quincas, en Toledo, donde creció Scherer. «No es fútbol, después de todo. No podemos pensar como fanáticos del fútbol, debemos pensar como buenos cristianos».

Brasil es el país con el mayor número de católicos. Los 124 millones de fieles en este país es tres veces más grande que la población entera de argentinos.

Bruno, hermano de Scherer, momentos antes de que se revelara el nombre el nuevo papa, se sentó solo y en silencio en una plaza detrás de la iglesia principal en su pueblo natal en el sur de Brasil, a sólo 95 kilómetros (60 millas) de la frontera argentina.

«Estoy realmente feliz por la Iglesia, de que no sea otro europeo», dijo. «El hecho de que él sea latinoamericano ya es un gran paso en la dirección correcta».

En Sao Paulo, donde Odilo Scherer es arzobispo, su mano derecha Edmar Perón, el obispo auxiliar, dijo que la elección del nuevo pontífice fue una sorpresa.

«Nunca escuché de él. No estoy frustrado porque Don Odilo no fue elegido y sentí una cierta tranquilidad cuando supe que el nuevo pontífice sería argentino. Por supuesto, los católicos brasileños soñaban con tener un papa nacido aquí», dijo.

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