Un movimiento silencioso contra el matrimonio gay en Italia causa polémica

Roma, 7 oct (EFE).- El movimiento italiano Sentinelle in Piedi (Vigilantes en Pie), que organiza concentraciones en las plazas para protestar en silencio contra el matrimonio entre homosexuales, ha empezado a causar polémica y hoy denunció que es objeto de ataques.

Su denuncia coincidió con el anuncio hoy del ministro del Interior italiano, Angelino Alfano, de que anulará todos los matrimonios de gais contraídos fuera de Italia y registrados en varios ayuntamientos del país.

En las protestas de los Sentinelle no hay gritos ni cánticos como en otras manifestaciones y sus asistentes se mantienen de pie, a un metro de distancia el uno del otro, con el objetivo de «mostrar la fuerza de la presencia».

Portan un libro, que leen durante una hora, como acto simbólico en defensa de la libertad de expresión y para fomentar «una conciencia siempre crítica respecto al mundo».

Se presentan como un grupo de resistencia pacífica de ciudadanos libres que forma «una red apolítica y aconfesional» en la que la participación es voluntaria e individual y que viene organizando convocatorias desde julio del año pasado.

El domingo pasado, Sentinelle in Piedi convocó reuniones en plazas de setenta ciudades italianas aunque, según comunicaron hoy, «grupos agresivos gritaron, insultaron y ofendieron a quienes defendían la libertad de expresión de todos».

«Somos mujeres, hombres, niños, ancianos, obreros, abogados, profesores, trabajadores, católicos, musulmanes, ortodoxos, personas de todo tipo de orientación sexual», publicaron en su página web.

Sus integrantes acusan a los medios de comunicación de destruir la idea de familia y ofrecen a quienes compartan las mismas ideas participar en sus congregaciones, que son «una solución sencilla para alzar la voz».

En estas veladas silenciosas, quieren «poder ser libres de afirmar que el matrimonio es solamente entre un hombre y una mujer, que un niño tiene el derecho de tener una madre y un padre y que los padres tengan el derecho de educar libremente a sus hijos».

Dicen rechazar la confrontación entre personas y niegan que exista una lucha entre los participantes de las reuniones y los gais: «No existe un nosotros y un ellos».

Por el contrario, defienden que protestan en las plazas «para ganar una batalla de la ciudadanía por la libertad».

Pero no todos lo ven así: defensores del colectivo gay tachan a los miembros de Sentinelle in Piedi de homófobos y de instigar al odio contra los homosexuales.

Así, el responsable del colectivo IGTB de Rete di Conoscenza -movimiento estudiantil en defensa de los gais, lesbianas, transexuales y bisexuales-, Camillo Villagran, defendió en el diario «La Repubblica» que «la instigación al odio no es libertad de expresión» y que Sentinelle in Piedi «reivindica el derecho a discriminar y oprimir a los gais, lesbianas y transexuales».

Los opositores a las reuniones defienden que se trata de un movimiento que fomenta el odio hacia el colectivo homosexual.

El movimiento «centinela», a su vez, respondió que «es absurdo acusar de violencia y homofobia usando la fuerza y eslóganes agresivos».

«A las provocaciones, agresiones e insultos, como siempre, Sentinelle ha respondido con silencio», mantuvieron.

Además, acusaron a las asociaciones de gais, lesbianas, bisexuales y transexuales de querer enfrentar a los homosexuales y los heterosexuales, algo que supone un «engaño absoluto e inaceptable».

A la tensión de la jornada del domingo se sumó la polémica creada por la presencia en la concentración de Bergamo (norte) de un joven «vigilante en pie» de treinta años vestido con un uniforme nazi y leyendo el libro «Mein Kampf» de Adolf Hitler.

El joven, un estudiante de artes, defendió que «el humor es un derecho» y que portaba un mensaje de paz universal «que nada tiene que ver con el nazismo».

Los organizadores se desvincularon hoy de la presencia de este joven y rechazaron que «grupos de extrema derecha utilicen la presencia en las plazas para aumentar su visibilidad o legitimar acciones que nada tienen que ver con la resistencia del movimiento». EFE

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