Bloguero saudí gana premio Sájarov a la Libertad de Conciencia

Foto de archivo tomada el 22 de enero de 2015 de varios activistas mientras participan en una manifestación de Amnistía Internacional delante de la Embajada de Arabia Saudí en Londres (Reino Unido) contra el azotamiento al bloguero saudí Raif Badawi. El bloguero saudí Raif Badawi resultó hoy, 29 de octubre de 2015, ganador del premio Sájarov a la Libertad de Conciencia que concede cada año el Parlamento Europeo (PE), confirmaron a Efe fuentes europeas. EFE/Facundo Arrizabalaga

El Cairo, 29 oct (EFE).- El bloguero saudí Raif Badawi, ganador hoy del premio Sájarov a la Libertad de Conciencia que concede cada año el Parlamento Europeo (PE), es un activista cuya lucha por la libertad de expresión en su país le ha llevado a ser condenado a 10 años de cárcel y a recibir 1.000 latigazos.

Su caso ha movilizado a la comunidad internacional, a través de campañas que claman por su liberación, pero que no han logrado, al menos hasta el momento, calar en las autoridades saudíes y el bloguero sigue preso en la cárcel de Briman, en Yeda.

«Insto al rey de Arabia Saudí a ponerle en libertad para que pueda aceptar el premio», dijo el presidente del Parlamento, Martin Schulz.

El premio a la libertad de pensamiento lleva el nombre del científico soviético y disidente Andrei Sajarov. Se estableció en 1998 como reconocimiento a personas y organizaciones que defienden los derechos humanos y las libertades fundamentales.

Badawi era uno de los tres candidatos al premio, junto con el movimiento opositor venezolano Mesa de la Unidad Democrática, y el líder opositor ruso asesinado Boris Nemtsov.

«El Parlamento Europeo envió hoy un fuerte mensaje político y humanitario a las autoridades de Arabia Saudí», afirmó Guy Verhofstadt, líder del bloque liberal. «Instamos a su majestad el rey Salman a liberar a Raif Badawi de prisión, y en cualquier caso a poner fin al bárbaro castigo de los latigazos».

El grupo de los socialdemócratas del PE pidió hoy la liberación de Badawi e insistió en que «bloguear no es un crimen».

Nacido enero de 1984, Badawi es el fundador del foro en internet Red Liberal Saudí, que tiene como meta animar al debate político, religioso y social en el ultraconservador reino.

Por su activismo fue arrestado en 2008 acusado de apostasía. En 2012 fue detenido de nuevo y en 2013 sentenciado a siete años de prisión y a un castigo de 600 latigazos.

En septiembre de 2014, fue condenado a diez años de cárcel y a recibir 1.000 latigazos, que debían serle propinados de 50 en 50 y en un plazo de 20 semanas.

Los cargos que se le imputan, confirmados en junio pasado por el Tribunal Supremo saudí, son «insultar al Islam» y criticar a la «policía de la moral» saudí en su blog.

La primera sesión de latigazos fue llevada a cabo en enero pasado frente de una multitud en la ciudad saudí de Yeda y su ejecución despertó una ola de solidaridad internacional con su causa.

La segunda tanda fue aplazada por motivos de salud en una primera ocasión y posteriormente quedó pospuesta sin que trascendieran las razones.

Badawi ya ha recibido numerosos galardones: en 2014 fue elegido por Reporteros Sin Fronteras (RSF) como bloguero del año y en 2015 fue candidato al premio Nobel de la Paz.

RSF aseguró en diciembre pasado que Badawi tuvo «el coraje de cuestionar públicamente la evolución de la sociedad saudí y el respeto a las libertades fundamentales, suscitando debates sobre temas políticos, religiosos y sociales».

Amnistía Internacional (AI) lanzó, por su parte, una campaña para frenar esta condena bajo el lema «¡Ni un latigazo más al bloguero Raif Badawi!».

Casado y padre de tres hijos, su familia vive en Canadá, donde obtuvo asilo político en 2013.

Su esposa, Ensaf Haidar, ha creado una fundación con el nombre de su marido que tiene como objetivo defender la libertad de expresión y de prensa en los países árabes.

Desde esta fundación denunciaron hace dos días que disponían de informaciones de que las autoridades saudíes habían dado luz verde a que se reanudaran los latigazos.

Badawi es uno de los muchos activistas perseguidos en Arabia Saudí por expresar sus opiniones a través de Internet y las redes sociales, que están siendo vigiladas por las autoridades saudíes. EFE

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