El Cotopaxi se ha vuelto el volcán en erupción más vigilado de Sudamérica

Vista general desde Quito (Ecuador) del volcán Cotopaxi que expulsó ceniza que ha caído en algunos poblados cercanos al coloso el jueves 27 de agosto del 2015. EFE/José Jácome

Desde que despertó el 14 de agosto, los científicos no le quitan la mirada un segundo y los lugareños viven en vilo: el Cotopaxi, en el centro de Ecuador, pasó a ser el volcán nevado más vigilado de Sudamérica por su potencial destructor.

Un equipo del Instituto Geofísico ecuatoriano, encargado del seguimiento de las amenazas sísmicas y volcánicas, ascendió la semana pasada hasta el último refugio antes del cráter, a casi 5.000 metros de altura, para instalar generadores eólicos de energía que aseguren el suministro si las estaciones de control quedan cubiertas de ceniza.

«Es el volcán más monitoreado de Sudamérica. No podemos descartar ningún escenario», dijo a la AFP su director, Mario Ruiz.

Sobre un suelo de piedras rojizas, Ruiz señalaba hacia la inmensa llanura que se extiende a los pies del volcán entre prados, lagunas y manadas de caballos salvajes, un paisaje deslumbrante rajado por inmensos surcos profundos, huellas de la última gran erupción de 1877.

«En los 10 km alrededor del Cotopaxi no hay casi población ni vida, pero existe la posibilidad de que genere flujos piroclásticos -mezcla de gas, ceniza y fragmentos de roca- que pueden derretir el glaciar y formar esas avenidas de lodo y escombros, los lahares, que podrían ramificarse hacia poblaciones a decenas de kilómetros», explicó.

Una potente erupción es el escenario más improbable, según él. De ocurrir, sin embargo, tendría un efecto devastador en un área en la que viven 325.000 personas, afectando instalaciones estratégicas, como el oleoducto, o sectores como la agricultura o la ganadería.

Pero al Cotopaxi, a solo 45 km de Quito y considerado uno de los más peligrosos del mundo, podría pasarle como al Tungurahua, también en el centro del país, en erupción moderada desde 1999.

De 5.897 metros de altura y una imponente forma cónica con nieve perpetua en las paredes del cráter, el Cotopaxi es el último en despertar de los cuatro volcanes actualmente activos en Ecuador, una lista que se completa con el Sangay y el Reventador.

Su activación hace tres meses forzó la evacuación preventiva de 400 personas y el cierre de las 33.000 hectáreas del Parque Nacional Cotopaxi que lo rodea.

Además, el presidente Rafael Correa decretó un polémico estado de excepción con censura previa incluida y reservó varios centenares de millones de dólares para una eventual emergencia, en momentos de vacas flacas por la abrupta caída del petróleo. (I)

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