El papa Francisco dedica misa a enfermos y personas con discapacidad

El papa Francisco pronuncia su mensaje Urbi et Orbi (a la ciudad y al mundo) en la misa de Pascua, en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano el domingo 27 de marzo de 2016. (Foto L'Osservatore Romano/vía AP)

Ciudad del Vaticano (EFE).- El papa Francisco criticó hoy que las personas con discapacidad sean apartadas por poner «en crisis el modelo imperante», y defendió que «el mundo será mejor», no cuando haya solo personas «aparentemente perfectas» sino cuando haya solidaridad entre seres humanos.

«En esta época en la que el cuidado del cuerpo se ha convertido en un mito de masas y por tanto en un negocio, lo que es imperfecto debe ser ocultado, porque va en contra de la felicidad y de la tranquilidad de los privilegiados y pone en crisis el modelo imperante», lamentó Jorge Bergoglio.

«El mundo no será mejor cuando esté compuesto solamente por personas aparentemente ‘perfectas’, sino cuando crezca la solidaridad entre los seres humanos», agregó.

El papa Francisco realizó estas reflexiones durante una multitudinaria misa que presidió en la Plaza de San Pedro del Vaticano, en el marco del Jubileo dedicado a los enfermos y personas con discapacidad y dentro del Año Santo Extraordinario en curso.

Condenó el pensamiento de que «una persona enferma o discapacitada no puede ser feliz, porque es incapaz de realizar el estilo de vida impuesto por la cultura del placer y de la diversión» y señaló que en ocasiones, las sociedades deciden dejar a un lado a estas personas.

«Es mejor tener a estas personas separadas, en algún ‘recinto’ o en las ‘reservas’ del pietismo y del asistencialismo, para que no obstaculicen el ritmo de un falso bienestar», apuntó.

Para Bergoglio, comprender «el verdadero sentido de la vida» pasa por incluir «la aceptación del sufrimiento y de la limitación».

«El modo en que vivimos la enfermedad y la discapacidad es signo del amor que estamos dispuestos a ofrecer. El modo en que afrontamos el sufrimiento y la limitación es el criterio de nuestra libertad de dar sentido a las experiencias de la vida, aun cuando nos parezcan absurdas e inmerecidas», concluyó.

El acto comenzó en la plaza de San Pedro del Vaticano en torno a las 10.30 hora local (08.30 GMT), y congregó a miles de enfermos y personas con problemas de todas partes del mundo.

La primera lectura del Evangelio estuvo a cargo de un español con discapacidad, mientras que la segunda fue leída en braille por una menor ciega.

Además, todas las lecturas fueron traducidas en la lengua de signos internacional, para que pudieran ser seguidas por las personas sordas y también se realizaron algunas representaciones teatrales de varias escenas del Evangelio para ayudar a los enfermos con discapacidades mentales a comprender las lecturas. EFE (I)

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