Atleta encuentra a perra que le acompañó 125 kilómetros en una ultramaratón en China

Tras varios días de búsqueda en el remoto noroeste de China, el atleta australiano Dion Leonard encontró hoy a «Gobi», la perra vagabunda que adoptó después de que le siguiera durante 125 kilómetros mientras corría una ultramaratón en ese país, y que se había perdido en los últimos días.

«Está bien y a salvo, con una pata un poco dolorida pero feliz de ver a Dion», contaron los voluntarios de la campaña «Traed a Gobi a Casa», creada inicialmente para que el maratoniano pudiera llevar al animal a su casa en Edimburgo (Reino Unido) pero que en los últimos días se dedicó a colaborar en la búsqueda de la perra.

La historia de Gobi comenzó en junio cuando Leonard participaba en la «Marcha del Gobi», una ultramaratón de 250 kilómetros en el desierto de ese mismo nombre y donde los participantes soportan temperaturas próximas a los 55 grados.

De repente, el australiano comenzó a ser perseguido por una perrita que se le pegó como una sombra y le siguió durante 125 kilómetros de la carrera, demostrando tal fidelidad y resistencia que Leonard decidió adoptarla y llevarla a su país, aunque para ello tuviera que hacer frente a costosos trámites veterinarios.

Fue por ello que comenzó en Facebook y en la web de financiación colectiva Crowfunder la mencionada campaña «Traed a Gobi a Casa», con la que este verano recaudó el dinero necesario para que el animal pudiera viajar al Reino Unido y comenzó a hacer famosa a la perra en las redes sociales.

Sin embargo, Gobi debía pasar unos cuatro meses en cuarentena antes de poder emprender la larga travesía, y durante esa espera se extravió tras escaparse de un centro de acogida en la ciudad de Urumqi, lo que llevó al atleta a viajar nuevamente a China para iniciar una búsqueda que se ha prolongado durante más de una semana.

«Estamos realmente felices de estar juntos otra vez», señaló hoy el corredor, de 41 años, en la cuenta de la campaña en Facebook, acompañando el mensaje de un vídeo en el que Gobi, bautizada con el nombre del desierto en el que se conocieron, parece encantada de la vida en el regazo de su amo. EFE (I)

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