El Instituto de Patrimonio decidirá el destino de los hallazgos en la plaza San Francisco

Plaza San Francisco

El alcalde de Quito, Mauricio Rodas, informó hoy que se ha entregado al Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) un informe de prospección arqueológica de la plaza de San Francisco, en el centro histórico, sector donde se prevé construir una estación de la primera línea de metro de la ciudad.

Rodas indicó en una entrevista en Radio Quito, que se han realizado varios estudios en la plaza, uno de los cuales, efectuado en 2015, estableció «la posibilidad de que existan hallazgos en el subsuelo de la plaza de San Francisco», situada en la zona catalogada como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.

Ello llevó a realizar análisis «con mucha más profundidad» no sólo en la zona donde aparecieron unas «sombras» que parecían indicar hallazgos en el subsuelo sino en una superficie mucho mayor, como medida de precaución.

El informe de esos análisis, realizados por expertos en arqueología y en preservación patrimonial, consta de 700 páginas, detalló Rodas, al tiempo de resaltar que el municipio acatará la decisión que en torno al mismo adopte el INPC.

Según el informe, se han encontrado, entre otros, «secciones incompletas de tuberías de agua que, usualmente suelen ser encontradas en las intervenciones que se realizan en el centro histórico de Quito; así como restos de plástico, incluso monedas de diez centavos de sucre».

Esos son «hallazgos de una época moderna», comentó Rodas al opinar que ello «confirmaría que esa zona fue intervenida y manipulada en épocas modernas».

Añadió que se han realizado pruebas de carbono 14 y diversos análisis, incluso en el exterior, que establecen que la zona del subsuelo de la plaza de San Francisco fue «intervenida, manipulada en épocas modernas, se habla incluso de cuarenta años atrás».

Consultado sobre la eventualidad de que en el subsuelo de la plaza de San Francisco hubiese un templo inca, Rodas aseguró que el informe no indica aquello.

«Sin embargo, si el día de mañana encontráramos algo de valor, creo que sería una gran noticia para la ciudad» porque permitiría descubrir algo que en caso contrario permanecería oculto, dijo al recordar que en construcciones de sistemas de metro en otras partes del mundo ha ocurrido aquello y se han exhibido los hallazgos.

La construcción del metro ha generado preocupación en sectores de la población al considerar que se trata de un proyecto cuya construcción podría afectar elementos del conjunto patrimonial de la ciudad.

En la construcción de la línea 1 del metro se utilizarán tres tuneladoras, una de las cuales abrirá el tramo de la estación San Francisco.

Las tuneladoras, que llegarán desde Alemania a Ecuador a fines de año, son «muy seguras» para las obras y avanzan unos 400 metros al mes, lo que implica pocos centímetros por hora, dijo en agosto Andrea González, directora de comunicación e imagen del Metro de Quito, quien ha recalcado que «la Unesco ha respaldado la construcción del metro de Quito».

Con una inversión de 2.009 millones de dólares, la línea 1 del metro de Quito tiene una extensión de 22 kilómetros, va desde Quitumbe (sur) hasta El Labrador (norte), con quince estaciones, y se prevé que transporte a 400 000 pasajeros diariamente.

El Municipio de Quito calcula que el trayecto entre Quitumbe y El Labrador en hora de alta congestión, que actualmente toma unos 150 minutos, se reducirá a 34 minutos con el metro.

Según lo planificado, el metro, construido por el consorcio integrado por la empresa brasileña Odebrecht y la española Acciona, y que se prevé entre en funcionamiento a finales de 2019, va a ser la columna vertebral del nuevo sistema de movilidad de la ciudad. EFE (I)

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