Al menos 58 muertos y 515 heridos en el peor tiroteo masivo ocurrido en EEUU

Los asistentes de un festival de música country abandonan el recinto tras un aparente tiroteo en Las Vegas. DAVID BECKER AFP

Al menos 58 personas murieron y 515 resultaron heridas el domingo por la noche en un concierto celebrado en Las Vegas (EE.UU.), víctimas del peor tiroteo masivo registrado en la historia moderna del país.

El portavoz de la Policía de Las Vegas, Joe Lombardo, ofreció estos datos en una rueda de prensa en la que pidió paciencia a los familiares porque la identificación de las víctimas llevará tiempo.

Asimismo, advirtió de que las cifras son provisionales porque, como ha ido ocurriendo en las últimas horas, se teme que continúen en aumento.

Entre los muertos hay un agente de la Policía de Las Vegas que estaba fuera de servicio, mientras que dos oficiales que sí estaban trabajando resultaron heridos.

Stephen Paddock, un hombre blanco de 64 años, abrió fuego durante varios minutos desde su habitación del piso 32 del hotel Mandalay Bay a las 22.08 del domingo hora local (05.08 GMT del lunes) contra una multitud de más de 22.000 personas que asistían en la calle a un concierto al aire libre del festival country Route 91 Harvest.

Paddock, que actuó en solitario y cuyas motivaciones se desconocen por ahora, se suicidó antes de que las autoridades irrumpieran en su habitación del hotel.

El padre del atacante, Benjamin, fue uno de los fugitivos más buscados del Buró Federal de Investigaciones (FBI) décadas atrás, un ladrón de bancos descrito como un «psicopático» con tendencias suicidas.

Lombardo dejó que fuera un portavoz del FBI el que diera los detalles de la investigación y explicara que se descarta cualquier vínculo del tirador con algún grupo terrorista extranjero.

Horas antes, el grupo yihadista Estado Islámico (EI) se había atribuido la matanza al asegurar, a través de su agencia de propaganda afín, Amaq, que el autor del atentado era «un soldado del Estado Islámico».

 

Ataque en Las Vegas, el 2 de octubre de 2017.

Lombardo explicó que las autoridades no tenían información previa sobre el sospechoso, por lo que respondió a los periodistas: «No sé cómo esto podría haberse prevenido».

Una de las revelaciones de su comparecencia fue que el atacante rompió las ventanas del hotel con una herramienta similar a un martillo antes de disparar indiscriminadamente contra la multitud.

La Policía ha concluido que Paddock introdujo él solo, sin colaboradores, las diez armas que se encontraron en su habitación del hotel, donde se alojaba desde el 28 de septiembre.

Lombardo confirmó que han hablado con la pareja del atacante, Marilou Danley, de 62 años, que se encuentra en estos momentos fuera del país.

Aunque se sigue considerando que ella es una «persona de interés» en este suceso, los agentes creen que no tuvo nada que ver con la masacre.

En la rueda de prensa compareció también la alcaldesa de Las Vegas, la demócrata Carolyn Goodman, quien dijo que el tiroteo es obra de un «lunático loco lleno de odio» y pidió a la población que acuda a los bancos de donación de sangre porque «ahora mismo es lo más necesario».

Por su parte, el gobernador de Nevada, el republicano Brian Sandoval, condenó el tiroteo como un «acto cobarde y despreciable».

«Vamos a tener que aprender de esto», agregó Sandoval, sin mencionar el control de armas que su partido obstaculiza en el Congreso.

Los agentes estudian ahora los objetos recogidos tanto en la habitación del hotel del atacante como en su casa de Mesquite, a una hora de Las Vegas, donde también se encontraron armas de fuego.

Además, el FBI registrará ahora otra propiedad del atacante en el norte del estado.

El presidente de EE.UU., Donald Trump, condenó los hechos como «un acto de pura maldad» y anunció que el miércoles visitará esa ciudad para reunirse con los familiares de las víctimas y los policías.

«Estamos unidos hoy en nuestra tristeza, conmoción y luto» por el tiroteo, dijo Trump en una declaración a la prensa desde la Casa Blanca.

El mandatario no hizo ninguna referencia a la posibilidad de que el acto se tratara de terrorismo, ni a la reivindicación del grupo yihadista Estado Islámico (EI), que ha quedado desacreditada por el Buró Federal de Investigaciones (FBI).

Trump, que desde la campaña electoral de 2016 se ha alineado con la postura de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), contraria a un mayor control de armas, no hizo ninguna referencia a ese tema.

Esta es la segunda vez en su mandato que Trump se refiere desde la Casa Blanca a un tiroteo masivo en EE.UU., después del ocurrido en junio pasado en Alexandria (Virginia), en el que resultó gravemente herido el congresista republicano Steve Scalise. EFE

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