Pisos de lujo por USD$10,00 en el último vestigio del East Village bohemio

Nueva York, 4 may (EFE).-   Con uno de los más malolientes baños de Nueva York y una rata a modo de mascota entre sus clientes habituales, el Mars Bar era uno de los últimos vestigios del East Village bohemio de los años 80 que, poco a poco, ha ido desapareciendo a golpe de aburguesamiento.

Donde se alojara ese hervidero de punk y cerveza barata se erige ahora un suntuoso edificio de doce pisos que acaba de finalizar su construcción y que recientemente acaparó la atención de los canales de televisión locales, aunque no por haber reemplazado al Mars Bar.

Y es que los promotores que han construido el nuevo inmueble han vendido por la irrisoria cifra de diez dólares nueve de esos lujosos apartamentos, que cuentan con características tan codiciadas en Manhattan como lavadora, un «lounge» en la azotea con vistas al Empire State y hasta una sala de proyecciones.

Los afortunados de esa ganga han sido los nueve antiguos residentes del edificio, en el número 21 de la calle 1, que desde 1970 pertenecía a la ciudad de Nueva York y se lo alquilaba a artistas de forma gratuita o por precios muy bajos cuando el barrio era uno de los más bohemios de la ciudad.

La promotora, BFC Partners, se hizo hace ocho años con el edificio y, a cambio de exenciones fiscales por parte de la ciudad, ofreció esos nueve apartamentos «económicos» a los antiguos inquilinos y rifará otros cuatro por 150.000 dólares cada uno, muy lejos de los precios del mercado.

De hecho, los demás pisos se van a alquilar por un mínimo de 3.000 y un máximo de 10.000 dólares mensuales a sus nuevos inquilinos, que empezarán a mudarse dentro de tres o cuatro semanas, según explicó a Efe uno de los socios de la promotora, Joseph Ferrara.

«El barrio ha cambiado dramáticamente durante los últimos quince años. Nosotros empezamos a invertir allí cuando ningún otro promotor quería, las calles estaban llenas de droga y crimen. Entonces comenzó el proceso de aburguesamiento y ahora el barrio es uno de los más de moda de toda la ciudad», asegura Ferrara.

Pero, para no olvidar la historia que entraña, BFC Partners colocará fotografías del viejo Mars en la entrada del edificio y ha decidido llamarlo Júpiter 21, «porque Júpiter es el planeta que sigue a Marte», en referencia al nombre del bar que cerró sus puertas en julio de 2011.

El cierre fue visto por muchos como el fin de una era, aquella en la que la droga y el crimen campaban a sus anchas por las calles del East Village, pero también en la que fue una cuna del arte y la música donde nacieron leyendas del punk como Los Ramones o Patti Smith.

Una época idealizada por muchos, aquellos que seguían visitando el Mars Bar durante sus últimos años de vida, conviviendo con sus hediondos baños llenos de grafiti y su curiosa clientela, entre la que no faltaba un punki que siempre llevaba en el hombro a su inusual mascota: una rata.

El bar también era famoso por ofrecer su fachada como «lienzo» para los artistas urbanos de la zona, que iban pintando cada mes irreverentes murales, y puede que sus viejos clientes se escandalicen al saber que parte del espacio comercial donde se situaba se acaba de alquilar a un banco TD Bank.

Sin embargo, todavía queda esperanza. El dueño original del bar, Hank Penza, se alió con los promotores y aseguró también a Efe que quiere reabrir el bar en el resto del espacio comercial que no ocupará el banco, un nuevo vecino que, dice «no tendría por qué molestar a nadie». EFE

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