Lima, 1 feb (EFE).- La fiesta de los carnavales empezó hoy en Perú con celebraciones en todo el país, pero concentrará su atención en Puno donde sus autoridades recibirán el certificado de la Unesco que reconoce al homenaje a la Virgen de la Candelaria como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
La fiesta de la Virgen de la Candelaria empezó hoy en la ciudad de Puno con bombardas y una misa en su santuario, como antesala a un desfile por las calles de la ciudad y un concurso de danzas autotóctonas en honor a su santa patrona.
Durante dos semanas, cerca de 200 agrupaciones de bailarines ofrecerán las típicas danzas del folclor del altiplano en el estadio Enrique Torres Belón, que espera el arribo de unos 130.000 turistas.
El baile de la diablada, en el que sus personajes representan la lucha entre el bien y el mal, es uno de los más vistosos por las enormes e intrincadas máscaras de los diablos, así como las llamativas armas y disfraces de los ángeles.
La celebración tendrá este año un mayor realce en Puno debido a la declaración que hizo la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), en noviembre pasado, a la fiesta de la Virgen de la Candelaria como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Sus autoridades recibirán mañana en Puno el certificado de esta declaratoria, según informó la oficina de la Unesco en Lima.
El carnaval se vive con música y bailes en todo el país y son populares las fiestas que se celebran igualmente en las ciudades andinas de Cajamarca y Huamanga, la costera de Mejía y la selvática de Rioja.
En Cajamarca se vivió ayer el pregón de carnaval, con un desfile de música y bailes por toda esta ciudad norteña, como inicio de la fiesta del Rey Momo.
Las candidatas a reina del carnaval acompañaron a las comparsas de bailarines y músicos por el centro de Cajamarca, mientras que los vecinos se entregaban al juego con talco y agua.
En Lima, sus pobladores viven el carnaval recreando las fiestas de yunza que son populares en la sierra y la selva, donde los asistentes bailan alrededor de un árbol lleno de regalos, o bañando a los desprevenidos con globos de agua.
Estas celebraciones suelen generar accidentes en las calles, por el excesivo consumo de alcohol o las agresiones en que pueden incurrir, motivo por el cual la Policía Nacional ha previsto el patrullaje de 10.000 efectivos en Lima.
De ese total, al menos 2.500 policías estarán vestidos de civil y camuflados como vendedores o indigentes para identificar a las personas que incurran en delitos, explicó el jefe policial, coronel Juan Olivera.
Asimismo, la empresa estatal de servicio de agua y alcantarillado, Sedapal, advirtió que durante esta época del año se desperdicia 120.000 metros cúbicos de agua por el juego de carnavales y el llenado de piscinas en plenas calles de Lima.
Varios distritos de la capital donde se suelen presentar accidentes y agresiones por el juego con agua han impuesto multas, de 63 dólares aproximadamente, para quienes cometan actos vandálicos.
En Lima, el carnaval se celebra cada domingo del mes de febrero, a diferencia de las fiestas en la sierra y selva del país en que se realiza durante quince días consecutivos. EFE