Panamá reivindica su herencia africana en el Festival de Diablos y Congos

Festival de Diablos y Congos, en Panamá. Foto www.rpp.com.pe

Portobelo (Panamá), 14 mar (EFE).- La histórica ciudad de Portobelo, en la costa caribeña de Panamá, celebró hoy la novena edición del Festival bienal de Diablos y Congos, famoso por su colorido y por ser uno de los eventos que más reivindica la herencia negra colonial, además de una oportunidad de ingresos turísticos.

Alrededor de 5.000 personas, según los organizadores, acudieron este sábado a la ciudad de Portobelo, recordada por el ser puerto a donde llegaron a lomo de mula las miles de toneladas de oro y plata que los españoles sacaron del Imperio de los Incas.

Se trata de un espectáculo centenario que reivindica la dignidad de los esclavos durante la colonización española y tiene como objetivos potenciar un proceso de rescate y preservación del patrimonio cultural intangible de la región, según sus organizadores.

Además de «fortalecer el sentido de identidad y pertenencia de sus habitantes, crear oportunidades de generación de ingresos para los nativos del distrito y ofrecer un espacio de encuentro y disfrute de manifestaciones culturales únicas al público asistente».

Los participantes, llegados de los diferentes pueblos del litoral caribeño, se visten o bien de diablos con sus impresionantes máscaras rojinegras o bien de congos representando a sus ancestros y realizan vistosos bailes por toda la ciudad en un sincretismo de tradiciones que incorpora incluso la influencia hispana en su vida.

Las danzas, los juegos y rituales, de marcada sensualidad y provocación, inundaron esta tarde las estrechas calles de Portobelo para recordar que los negros cimarrones (fugitivos de sus esclavizadores) de la época colonial poblaron la costa Caribe aislados en la jungla para preservar sus costumbres y tradiciones.

En la danza el personaje del diablo representa al negrero, al esclavista y los congos a los negros esclavos, muchos traídos desde África.

Las mujeres, que tienen su reina, se atavian con vistosos trajes raídos de larga pollera y múltiples colores para recordar que eran también pobres, pero fuertes y sensuales.

El objetivo era «bautizar» a los diablos para llevar «tranquilidad» a la población.

Esta edición coincide con el arranque del Decenio Internacional para los Afrodescendientes que Naciones Unidas decretó para el periodo 2015-2025.

«Este año hemos tenido mas apoyo del Gobierno», dijo Delia Barrera, la que fue la reina conga en la primera edición del festival el 19 de marzo de 2000.

Una de sus principales gestoras es la fotógrafa y promotora cultural Sandra Eleta, que impulsa el rescate histórico de la ciudad caribeña desde la Fundación Portobelo.

Junto con el festival se desarrolló una feria artesanal turística en la que se ofrecieron artículos de la zona y la gastronomía portobeleña por las calles del otrora puerto colonial fundado el 20 de marzo de 1597, que concentró el poderío naval español entre los siglos XVI y XVIII en defensa de las riquezas que embarcaban a Europa. EFE

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