Exejecutiva de Wall Street denuncia en un libro la misoginia en el sector

NUEVA YORK (NY, EEUU), 27/02/2016.- Fotografía promocional cedida en donde aparece la exejecutiva del desaparecido Bear Stearns, Maureen Sherry, quien denuncia en el libro "Opening Belle" (Simon&Schuster) la misoginia en Wall Street donde "durante décadas centenares de mujeres han salido dañadas y humilladas con un cheque a cambio de su silencio". Sherry, que dejó la banca de inversión en 2008 coincidiendo con la adquisición de los restos de Bear Stearns por JP Morgan Chase, ha recogido en "Opening Belle" parte de sus experiencias y las de otras mujeres que trabajan en Wall Street. EFE/Beowulf Sheehan/M. Sherry Press

Nueva York, (EFE).- La exejecutiva de la desaparecida firma Bear Stearns, Maureen Sherry denuncia en el libro «Opening Belle» la misoginia en Wall Street, donde «durante décadas centenares de mujeres han salido dañadas y humilladas con un cheque a cambio de su silencio».

En una entrevista con Efe, Sherry explicó que las empresas del sector se blindan contra las demandas por discriminación a través de la cláusula U4, que obliga a los empleados a resolver internamente cualquier queja y que deben firmar obligatoriamente como parte de sus contratos en los principales bancos.

Sherry, que dejó la banca de inversión en 2008 coincidiendo con la adquisición de los restos de Bear Stearns por JP Morgan Chase, ha recogido en «Opening Belle» (Simon & Schuster) parte de sus experiencias y las de otras mujeres que trabajan en Wall Street.

«No solo son reales todas las historias sino que muchas están edulcoradas», explicó la autora.

El robo constante de sus ideas por parte de sus compañeros varones, las demandas de reuniones por parte de las empleadas que los jefes leen como aceptación de cena y cama, o la ascensión laboral basada en el físico y no en los méritos son algunos casos comunes según Sherry en Wall Street.

También lamenta que mujeres que lo han dado todo por su empresa y que ni siquiera tienen hijos ni relaciones duraderas ven con frustración cómo nunca consiguen subir más allá de áreas como márketing o recursos humanos.

«No ha habido nunca una mujer consejera delegada (CEO, por su sigla en inglés) en Wall Street. Nunca en la historia», remarcó.

«Las humillaciones además sobre la mujer continúan también cuando eres madre», explica Sherry, que aunque nunca dejó de contestar correos electrónicos durante las escasas semanas que se tomó tras el parto descubrió que sus cuentas habían sido repartidas entre otras personas a su vuelta.

«En la misma época, un compañero tuvo un accidente y nadie tocó nada de su cartera ni sus comisiones, aunque tardó más que yo en volver», recalca.

«Es como que en Wall Street nadie cree que puedas seguir haciendo un buen trabajo y también ser madre», señaló.

«Encima, cuando volví tuve que aguantar que mis compañeros mugieran a mi paso cada vez que iba al baño para sacarme la leche», cuenta Sherry, que describe el ambiente del parqué neoyorquino y la banca de inversión como «un gran campus universitario proclive a las conductas machistas».

«En estos ambientes abiertos, sin paredes, ni oficinas, la gente toma mucha familiaridad con el resto y en parte es divertido, pero en parte ese exceso de confianza termina con gente que sale dañada», explicó.

«Se respira un cóctel de gran ambición y testosterona en el ambiente, con gran excitación por el dinero de los bonus», añadió.

La protagonista del libro, Belle McEllroy, participa de la creación -como ocurrió también en la vida real- del grupo «Glass Ceiling Club» (Club del techo de cristal) de mujeres con voluntad de cambiar esos comportamientos en Wall Street.

«Existen pocas experiencias así de solidaridad femenina», dijo Sherry, que al ser preguntada sobre si cree que una mujer presidenta de EE.UU. puede cambiar las cosas, se limitó a responder que «las mujeres desgraciadamente no nos caracterizamos por ayudarnos las unas a las otras».

Sherry, nacida y criada en el barrio neoyorquino del Bronx, es estadounidense de primera generación. Su padre, irlandés, trabajó de portero en Nueva York en un edificio en el que vivían varios altos ejecutivos de Wall Street.

Unos años más tarde, y tras licenciarse en la universidad de Cornwell, la autora consiguió cobrar más de un millón de euros al año en Bear Stears.

«Así es este mundo. La desregulación total, la ley de la selva, que tiene cosas buenas y malas. En Wall Street uno puede entrar y ganar mucho dinero en poco tiempo. El sueño americano», añadió.

«En este mundillo las empresas celebran la ambición sin límites. Mi jefe solía decirme que contratase a menos personas con un MBA (título de máster en administración de negocios) y a más con perfil ‘PSD'» (las siglas en inglés de pobre, listo y determinado a ganar dinero).

«Opening Belle» será llevada a la gran pantalla aunque todavía sin fecha de estreno.

La actriz estadounidense Reese Witherspoon fue la primera en interesarse por llevar el libro al cine y Warner Brothers ya se ha hecho con los derechos.

La historia de caperucita roja en vez de la del lobo feroz de Wall Street. EFE

(I)

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