Una sátira contra Erdogan pone en un dilema al gobierno alemán

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, gesticula durante un discurso en Bayburt, Turquía, el viernes 27 de noviembre de 2015. (Foto AP/Yasin Bulbul, Servicio Presidencial de Prensa, Pool)

Una sátira contra el presidente turco Recep Tayyip Erdogan ha puesto al gobierno alemán en un dilema y el ejecutivo de Angela Merkel se ve ahora entre las peticiones de Turquía, que exige un proceso penal contra el humorista Jan Böhmermann, y la defensa de la libertad de expresión.

El portavoz del gobierno alemán, Stefen Seibert al confirmar la llegada de una nota verbal de Turquía al Ministerio de Exteriores, subrayó que el artículo quinto de la constitución alemana, que garantiza la libertad de expresión así como la libertad del arte de la ciencia, es innegociable.

«Quiero dejar claro que el artículo quinto de nuestra constitución tiene un gran valor y no es negociable ni dentro ni fuera de Alemania», dijo Seibert.

Seibert agregó que decía eso porque en algunos medios se ha despertado la impresión de que la libertad de opinión ya no tiene el mismo valor tratándose de Erdogan, en consideración a la importancia que tiene Turquía en el manejo de la crisis de los refugiados.

La nota verbal del gobierno turco pide la apertura de un proceso con base en el artículo 103 del código penal alemán que tipifica como delito la injuria a jefes de estado extranjero y establece penas de hasta cinco años de cárcel.

De hecho, la fiscalía de Maguncia (oeste de Alemania) ya ha abierto diligencias previa sobre la sátira de Böhmermann.

Sin embargo, para que estas se puedan proseguir a la luz del artículo 103 del artículo penal, se requiere una solicitud del gobierno turco -que ya esta hecha en la nota verbal- y la luz verde del gobierno alemán.

El gobierno, según Seibert, estudiara el caso a partir de hoy pero llegar una decisión tardará varios días. En la decisión estarán involucrados la cancillería así como los ministerios de Exteriores y Justicia.

Mientras tanto, ha habido varias muestras de solidaridad con Böhmermann, acompañadas de críticas al gobierno por no rechazar de inmediato la petición turca.

Uno de los principales defensores de Böhnersmann ha sido el presidente del poderoso grupo editorial Axel-Springer, Mathias Döpfner, editor del popular diario «Bild», que salió en defensa del cómico con una carta abierta publicada en el dominical «Welt am Sonntag»

Döpfner garantiza su total apoyo al cómico y dice que hace suyas todas las afirmaciones realizadas en la sátira lo que, agrega, puede hacer que tal vez se conozcan en los tribunales «con el presidente Erdogan como perito experto de los límites del mal gusto satírico».

Jan Böhmermann recitó a finales de marzo lo que él mismo calificó de «crítica injuriosa» en el programa que presenta en la segunda cadena de la televisión pública (ZDF), la cual decidió después retirar el vídeo de su página web al considerar que no cumplía los «criterios de calidad» de la cadena.

Döpfner, en su carta abierta, critica esa decisión de la ZDF así como a aquellos que al defender tímidamente a Böhmermann admiten que el poema es injurioso, primitivo y de mal gusto.

«Eso es tan original como acusar a un fabricante de motores para Fórmula 1 de que sus coches son demasiado rápidos. El que su poema fuera de mal y gusto, primitivo e injurioso era la clave», dice.

Esa crítica alcanza indirectamente a Merkel que, según fuentes del gobierno, calificó el poema de Böhmermann en una conversación telefónica con el primer ministro turco Ahmet Davutoglo de «deliberadamente hiriente».

A Böhmermann se ha sumado otro humorista, Dieter Hallervorden, que, en medio de la polémica, ha publicado una canción titulada «Erdogan, demándame»,

«Canto lo que eres, un terrorista que dispara contra espíritus libres», dice la canción. Más adelante, Hallervorden invita a Erdogan a proceder contra él, con la esperanza de que con ello su canción se haga famosa.

Desde fuera de Alemania, el ex ministro de Finanzas griego Yanis Varufakis también se ha sumado a los defensores de Böhmermann. «Primero Europa perdió su alma con el acuerdo con Turquía, ahora pierde su humor. Dejen en paz a Jan Böhmermann», dijo Varufakis a través de su cuenta de twitter.EFE (I)

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