China aprueba ley para proteger su medicina tradicional

Jan Andersson, Juleen Zierath y Hans Forssberg, miembros del comité Nobel del Instituto Karolinska hablan con la prensa para anunciar el otorgaamiento del premio Nobel de medicina, en Estocolmo, lunes 5 de octubre de 2015. Los galardonados son el irlandés William Campbell, el japonés Satoshi Omura y la investigadora china Tu Youyou, la primera de su país que obtiene un Nobel científico. (Fredrik Sandberg/TT via AP)

Pekín (EFE).- La Asamblea Nacional Popular (Legislativo chino) aprobó hoy la primera Ley de la Medicina Tradicional China, con el fin de proteger esta disciplina milenaria y «darle un mayor papel» en el sistema de salud nacional, informó la agencia oficial Xinhua.

La ley, que entrará en vigor el 1 de julio de 2017, es una de las aprobadas al término de la sesión bimestral de la Asamblea, que se celebró a lo largo de esta semana.

De acuerdo con el texto legal, las autoridades chinas a partir del nivel local deberán establecer instituciones dedicadas a esta medicina tradicional en los hospitales y otros centros médicos, y para ello se permitirá y animará la entrada de capital privado.

También se exigirá que todos los practicantes de esta medicina aprueben un test homologado, y los aprendices necesitarán ser recomendados por dos médicos tradicionales ya cualificados para poder comenzar a ejercer.

Con más de 2.000 años de historia, la medicina tradicional china -con populares variantes como la acupuntura, la moxibustión o los masajes terapéuticos- es todavía muy utilizada por los pacientes chinos, especialmente en enfermedades crónicas.

El Premio Nobel de Medicina concedido el pasado año a una de sus practicantes, Tu Youyou, ha servido de acicate para pedir una mejor estandarización de esta disciplina y medidas gubernamentales para protegerla e impulsarla.

La nueva ley «coloca la medicina tradicional china al mismo nivel que la occidental», frente a sectores que en los últimos años han puesto en duda la efectividad de sus métodos por considerarlos «supersticiosos».

También frente a las reticencias que este saber ha producido entre grupos ecologistas, por el extendido uso de animales en los fármacos (incluidas especies en extinción). EFE (I)

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