En 2016 hubo menos ataques de tiburones, pese a elevada amenaza a su hábitat

El número de ataques no provocados de tiburones a seres humanos descendió el año pasado, pese a que el hábitat de estos animales está cada vez más amenazado por la proliferación de las actividades recreativas acuáticas.

«Tenemos que entender que somos visitantes en su mundo y debemos comportarnos como las visitas, respetuosamente», dijo hoy a Efe el ictiólogo George Burgess, responsable del Programa para la Investigación de los Tiburones de la Universidad de Florida.

Burgess habló con Efe de los resultados del nuevo informe anual del Archivo Internacional de Ataques de Tiburones (ISAF, en inglés), una base de datos de la Universidad de Florida, que sigue siendo la zona del mundo donde más ataques no provocados se contabilizan.

En 2016 se registraron globalmente 81 ataques no provocados de tiburones a humanos, 17 menos que en 2015, y solo 4 de ellos fueron mortales, según el informe.

La tasa anual de mortalidad se situó en el 4,9 %, un porcentaje bajo, de acuerdo con los parámetros de ISAF. Dos de las muertes de 2016 se produjeron en Australia y las otras dos en Nueva Caledonia, un territorio francés en el Pacífico Sur.

El año pasado, el personal de ISAF investigó 150 posibles ataques de tiburones a humanos y concluyó que 81 fueron no provocados, lo que significa que ocurrieron en el hábitat natural de los escualos y sin que mediara provocación de parte de la persona atacada.

«La mayoría de los biólogos le dirá que la historia verdadera acerca de los tiburones no es que muerden a la gente, sino que somos nosotros los que les ‘mordemos’ con nuestras acciones», dijo Burgess en una entrevista telefónica desde Gainesville (norte de Florida).

La media de ataques de tiburones no provocados de los últimos cinco años se sitúa en 82. En el año 2015, cuando estuvo activo el fenómeno El Niño, se llegó a la cifra récord de 98 casos, 6 de ellos mortales.

Burgess señala que El Niño parece haber tenido una fuerte incidencia en el resultado de 2016 y anunció que los investigadores del programa que él dirige van a analizar los datos de otros años en que este fenómeno meteorológico haya estado presente para determinar si hay una relación directa.

En el artículo publicado hoy en su pagina web para exponer las cifras de 2016, ISAF advierte de que el numero de ataques de tiburones a humanos está directamente relacionado con la cantidad de personas que se meten al mar, el tiempo que pasan dentro, el tamaño de la población de tiburones y la meteorología, entre otros factores.

Según esa entidad floridana, «teniendo en cuenta que la población mundial sigue en ascenso y también aumenta el interés en la recreación acuática, debemos ser realistas y esperar aumentos en el número de ataques de tiburones».

Por el contrario, las poblaciones de tiburones están en declive o se mantienen en cifras bajas en muchas zonas del mundo debido a la sobrepesca y la perdida de hábitat, lo que teóricamente reduce la oportunidad de encuentros entre humanos y tiburones.

Sin embargo, hay factores meteorológicos, oceanográficos y socio-económicos que influyen significativamente en el número de personas y de tiburones que coinciden en el agua y, por tanto, en las probabilidades de que se topen unos con otros.

También cuenta en las cifras la capacidad creciente de la AIAT para recopilar datos de ataques gracias a la tecnología.

En la página web de ISAF se incluye un formulario para reportar ataques, que está disponible en cuatro idiomas, además de variada información y documentación sobre los tiburones, incluidos temas que se salen de lo común como «menstruación y tiburones».

En 2016, Norteamérica fue la zona donde hubo un mayor número de ataques. De ellos, 53 fueron en Estados Unidos, incluidos 10 en Hawai, aunque bajaron respecto a 2015, cuando fueron 59.

Las aguas costeras de Florida, con 32 ataques (30 en 2015), siguen siendo el escenario número uno de Estados Unidos y del mundo (39,5 % del total) para los incidentes no provocados con tiburones.

En Australia hubo el año pasado 15 ataques; en Nueva Caledonia, cuatro; en Indonesia, dos; y además se registró un ataque en cada uno de los siguientes países o territorios: las islas Bahamas, Brasil, Japón, La Reunión, Sudáfrica, España y Sri Lanka.

El promedio mundial de ocho muertes al año por ataques no provocados de escualos durante el periodo 2011-2015 es «significativamente bajo», dadas las miles de millones de horas que los humanos pasan en el agua cada año, dice ISAF.

En el 58 % de los ataques en 2016 las víctimas fueron surfistas o practicantes de otros deportes o actividades recreativas en el mar.

Curiosamente los que practican buceo de superficie (snorkel) o los que acostumbran a flotar en el agua en colchonetas o tablas corrieron poco peligro (4,9 y 3,7 % de los ataques, respectivamente). EFE

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