Víctima de explotación sexual en EEUU impulsa programa en hospitales

Foto: Poder Ciudadano Radio

Phoenix (EE.UU.), 21 abr (EFE).- Holly Gibbs, la directora del Programa de Respuesta al Tráfico Humano en los hospitales Dignity Health en Arizona (EEUU), fue víctima de la trata de personas y aquella terrible experiencia le ha dado las fuerzas para ayudar a miles que se encuentran en situaciones similares.

Actualmente trabaja en colaboración con hospitales de Arizona para ayudar al personal a reconocer entre los pacientes que son ingresados a aquellos que, de acuerdo a unas señales de atención que ella misma ha establecido, pueden ser víctimas de tráfico humano.

«Una víctima de trata puede presentar señales comunes como ataques físicos o sexuales, o puede presentar necesidades sanitarias por falta de cuidados, o heridas supuestamente accidentales o debidas a un parto», indicó Gibbs a Efe.

El personal hospitalario está advertido también de que, por lo regular, las víctimas suelen venir acompañadas por personas que controlan sus actos, que no les permiten hablar, y producen notorias señales de negligencia médica y física.

«Estas señales son un recordatorio al personal para seguir investigando, de nuestra parte ofrecemos educación integral a nuestro equipo sobre el tráfico humano y la explotación sexual, incluyendo definiciones, prevalencia y tendencias locales», detalló.

De acuerdo a una encuesta realizada a víctimas de tráfico sexual por la Coalición para Abolir la Esclavitud y el Tráfico (CAST, por su sigla en inglés) este año, más de la mitad de esas personas había contado con atención médica por lo menos una vez mientras eran objeto de explotación.

Pero casi el 97 % de las víctimas señaló que nunca había recibido información o recursos sobre la trata de personas mientras estuvo en los hospitales.

«Estos estudios subrayan la realidad de que los proveedores de atención médica están encontrando víctimas y están desprevenidos para responder apropiadamente a la problemática», explicó Gibbs.

Por tal motivo, los hospitales Dignity Health en Arizona han lanzado una iniciativa en contra de la trata de personas o tráfico humano, que incluye la evaluación obligatoria en las salas de emergencias y los departamentos de obstetricia de las personas de las que se sospecha que pueden ser víctimas de este delito.

El personal ha sido entrenado para encontrar las señales de alerta y una vez identificadas, las víctimas son remitidas a las agencias comunitarias para que reciban apoyo y asistencia.

«En el año fiscal 2016 identificamos al menos 31 personas con niveles altos o moderados de indicadores de victimización de la trata de personas en el estado», reconoció Gibbs.

Destacó que el programa tiene como objetivo combatir una industria cuyos tentáculos están creciendo en Phoenix, ya que la edad promedio de un adolescente que ingresa en el comercio sexual en Arizona es de 14 años.

La policía ha reportado víctimas incluso de 9 años.

Gibbs fue víctima de tráfico humano a los 14 años. Un hombre que se presentaba como descubridor de modelos en un centro comercial en Nueva Jersey la secuestró.

«Me traficaron por sexo comercial durante dos noches en Atlantic City, Nueva Jersey, luego fui rescatada por la policía y ahora utilizo esa experiencia para entrenar a personal médico», comentó.

El Departamento de Justicia de los Estados Unidos ha identificado a Phoenix como una de las principales ciudades en el país para el tráfico humano, de acuerdo con información de «Arizona Human Trafficking Council», ya que su economía es impulsada por el turismo y cuenta con una población transitoria.

Se estima que 78.000 hombres en Phoenix son clientes de anuncios sexuales en línea y cerca de 300 anuncios que ofrecen servicios para adultos se colocan diariamente en sitios web.

La detective Ortiz, que pidió ser identificada así y trabaja para el Departamento de la Policía de Phoenix, indicó a Efe que el problema es muy acentuado, pero es la comunidad hispana la más vulnerable por parte de los «enganchadores».

«De acuerdo a las investigaciones a las víctimas hispanas se les contacta por medio de periódicos y revistas, mientras que la comunidad afroamericana u otras nacionales, lo hacen por internet», expresó.

Dijo que esta problemática es real y se está viviendo día a día en los hogares, las escuelas y las calles.

«Muchos no piensan que les puede suceder, pero sí pasa, la mayoría de estas personas están bajo amenaza, pero es muy importante que denuncien a las autoridades», advirtió. EFE

(I)

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