Río de Janeiro, (EFE).- Miles de fieles de las religiones afrobrasileñas se dieron cita hoy en la playa de Copacabana, en Río de Janeiro, para rendir su tradicional homenaje a Iemanjá, adorada como la diosa del mar en los ritos de la umbanda.
Este año, la ceremonia fue también protesta, por la decisión del alcalde de Río de Janeiro, Marcelo Crivella, de religión evangélica, de negarse a financiar la festividad con fondos públicos, escudado en la delicada crisis financiera que atraviesa la ciudad.
En panfletos distribuidos durante la ceremonia, los fieles de Iemanjá criticaron que, así como le ha negado apoyo a la umbanda y al Carnaval, Crivella sí autorizó la financiación de actos realizados por la iglesia evangélica a la que pertenece.
«No restan dudas de que se trata de un proyecto político en busca de la creación de un estado teocrático», decía el documento que los seguidores de las religiones de origen africano distribuyeron en la ceremonia.
Mas allá de la protesta, los umbandistas cumplieron su cita anual con Iemanjá, la diosa a la que dedicaron un sinfín ofrendas en forma de flores, comida, bebida y hasta perfumes, todo lanzado al mar en unos pequeños barcos en medio de un intenso retumbar de tambores.
El año pasado, la umbanda, que tiene seguidores también en países vecinos, como Argentina, Uruguay y Paraguay, fue declarada parte del patrimonio cultural inmaterial de Río de Janeiro, ciudad considerada como su cuna.
La religión fusiona elementos del catolicismo, del espiritismo de Allan Kardec, del ocultismo de raíces orientales, de corrientes africanas, tradiciones indígenas americanas y ritos de magia blanca y se rige por el culto a los Orixas (dioses), agrupados en elementos de la naturaleza, como el fuego, el agua, el aire y la tierra. EFE
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