EEUU festeja 60 años del «Explorer 1», su primer éxito en la carrera espacial

De izquierda a derecha: William Hayward Pickering, James van Allen y Wernher von Braun sosteniendo una réplica del Explorer 1.

La NASA conmemoró los 60 años de su primer éxito de la carrera espacial, al poner en órbita en 1958 el satélite artificial «Explorer 1», que redujo la brecha abierta en plena Guerra Fría por la Unión Soviética con dos lanzamientos un año antes.

«Es importante recordarlo porque nos pone de manifiesto que nada es imposible en Estados Unidos, realmente el ‘Explorer 1’ comenzó la carrera en el espacio», manifestó a Efe Robert Cabana, director del Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral, sede del histórico lanzamiento en la costa atlántica de Florida.

Tras descubrir una placa en el Complejo 26 de Cabo Cañaveral, desde donde se lanzó el satélite, Cabana resaltó la importancia del programa espacial para el país «en ese entonces y hoy».

«Obviamente la misión ha cambiado, pero es crítico para nosotros como nación y para nosotros como líderes mundiales en muchas áreas diferentes», agregó.

El «Explorer I», impulsado por Júpiter C, cohete de lanzamiento construido por el Ejército estadounidense, entró en órbita el 31 de enero de 1958 a las 22.48 hora local (03.48 GMT del 01 de febrero).

Wernher von Braun está considerado como uno de los más importantes diseñadores de cohetes del siglo XX, y fue el jefe de diseño del cohete V-2 alemán,​ así como del cohete Saturno V, que llevó al hombre a la Luna.

Esta exitosa maniobra se realizó bajo el apremio generado en 1957 por el triunfo cosechado por la Unión Soviética con el lanzamiento del «Sputnik», el primer cohete que giró en torno de la Tierra.

Ese año los soviéticos también lanzaron un segundo satélite, el «Sputnik II», que se desintegró en el espacio con la perra Laika a bordo, al no existir un módulo de regreso a tierra, mientras los estadounidenses vieron humillados cómo explotaba en tierra su cohete «Vanguard».

«Los rusos siempre han estado en competencia, trataron de llegar a la Luna, pero el presidente (John Fitzgerald) Kennedy se propuso ser el primero», recordó Cabana.

Siempre ha existido el «deseo» de Estados Unidos de liderar la carrera espacial y eso se demostró desde un principio con el «Explorer 1», pues hay una permanente competencia con rusos, chinos y «los poderes mundiales que dominen el espacio».

En aquel entonces, alarmado al quedar rezagado en la carrera espacial mientras se intensificaba la Guerra Fría, el Gobierno estadounidense ordenó al Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por su sigla en inglés) y a la Agencia de Misiles Balísticos del Ejército llevar a cabo el lanzamiento de un satélite lo más pronto posible.

Además de ser el primer cohete espacial estadounidense, el «Explorer 1» fue pionero en llevar instrumentos científicos y en realizar un descubrimiento de la era espacial: el cinturón Van Allen de alta radiación que rodea al planeta.

Cabana manifestó que el lanzamiento del «Explorer 1» impulsó también la creación de la NASA en octubre de 1958 y transformó el JPL, dedicado hasta entonces al diseño y fabricación de misiles, en un centro para la exploración espacial.

El satélite en sí, de 2,03 metros (80 pulgadas) de largo, 15,9 centímetros (6,25 pulgadas) de diámetro y 14 kilogramos (30,66 libras), hizo su transmisión final en mayo de 1958.

Doce años después ingresó en la atmósfera de la Tierra y se quemó después de más de 58.000 órbitas.

Al aniversario acudió John Meisenheimer, de 84 años, el oficial que dio el visto bueno meteorológico para la operación después de frustrarla los dos días anteriores debido a la malas condiciones.

Meisenheimer relató la presión que tuvo de altos cargos que le pedían que «manejara la situación» el 29 y el 30 de enero cuando advirtió de los fuertes vientos.

«Yo no podía hacer nada (para manejarlo)», expresó.

Recordó que sintió alivio cuando uno de los militares lo apoyó y le dijo que hiciera lo que tuviera que hacer, hasta que tuvo una «ventana de oportunidad» el 31 de enero.

Con equipos que calificó de «primitivos», Meisenheimer contribuyó en la emblemática operación que impulsó no solo la exploración espacial y científica, sino que alivió a los estadounidenses de la vergüenza de un intento fallido con el «Vanguard» en el marco de un complicado momento geopolítico. EFE

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