El futuro del robot, más próximo al intermediario colaborativo que al enemigo

Robot esquiador.

El futuro del robot se vislumbra más próximo al de la figura de un intermediario colaborativo que a la de un hipotético enemigo dados los enormes avances tecnológicos en este ámbito que permiten ya a las máquinas convivir sin causar daño a las personas y evitarles tareas peligrosas, tediosas o de otra índole.

Así lo han explicado hoy en el marco del congreso mundial IROS 2018 de robótica que se celebra en Madrid, los científicos Oussama Khatib, director del Robotics Lab de la Universidad de Stanford y Paolo Dario, del instituto de Biorobótica de la Scuola Superiore Snt’Anna, en Pisa (Italia), durante una rueda de prensa conjunta.

Según Khatib, «la gran revolución» en el mundo de la robótica ha sido su salto, desde los entornos cerrados en fábricas, al mundo de los hogares, en donde se les exige reaccionar rápido e interactuar con precisión con las personas sin causarles daño.

Esta robótica doméstica es compleja porque «tiene que entender a los humanos y saber qué quieren exactamente» en cada momento mientras que la robótica industrial está programada habitualmente para tareas repetitivas.

Sobre los posibles efectos laborales derivados de la robotización, el experto opina que «estamos muy lejos de una hipotética automatización total de los empleos»; de hecho, una gran cantidad de las tareas laborales actuales no pueden dejarse en manos de robots.

Khatib, cuyo último trabajo es el desarrollo de robots humanoides sumergibles para ayudar en la reparación de estructuras submarinas, pronostica que «las máquinas seguirán al servicio del hombre» y no lo contrario, al menos durante mucho tiempo.

Dario, cuya investigación se centra en bio-robótica, mecatrónica y robótica para rehabilitación terapéutica, destacó la revolución que supone que las máquinas interactúen correctamente con los hombres en entornos cotidianos: «ya tenemos la tecnología para no causar daño a los humanos», precisó.

Sobre las posibles consecuencias de la popularización de los robots, se manifestó optimista y aseguró que toda nueva tecnología crea oportunidades de trabajo.

Como desafíos tecnológicos subrayó, entre otros, la necesidad de garantizar la seguridad de las personas en espacios cerrados en movimiento como los vehículos autónomos sometidos durante la conducción a muchas variables externas a las que deben reaccionar en tiempo real.

El ingeniero Kai-Oliver Arras, de la empresa Bosch líder en tecnología de consumo, industrias y automoción y que además realiza investigación básica, dijo que el «reto es hacer cada vez más segura y útil la tecnología para mejorar la calidad de vida en sociedades más urbanas y longevas».

Responder a tiempo y correctamente ante situaciones imprevisibles es uno de los grandes retos tecnológicos pendientes en el mundo de la robótica, añadió el responsable de esta compañía, cuyos sensores están presentes en tres de cada cuatro teléfonos móviles en el mundo. EFE

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