Blefaroplastia, la cirugía estética que rejuvenece la mirada

La blefaroplastia, cirugía que busca rejuvenecer los párpados mediante la remodelación de los tejidos que rodean los ojos, es la tercera de las operaciones plásticas más demandadas en el Ecuador, después del aumento de mamas y las cirugías para reducir el abdomen. Se realiza fundamentalmente por razones estéticas, pero en algunos casos por motivos visuales, ya que la caída de la piel de los párpados superiores puede ocasionar reducción del campo visual.

Se la considera  como la más realizada en  pacientes entre  45 a 65 años para  mejorar la  mirada , cuando aparecen bolsas de grasa en los párpados inferiores y superiores y un exceso de piel en los superiores. Estos cambios además de su efecto estético, resultan molestos y provocan sensación de pesadez y mirada cansada.

La cirugía de  párpados debe ser realizada por un especialista en  cirugía plástica.

«El objetivo de la blefaroplastia es devolver al párpado un aspecto más juvenil, natural, manteniendo los rasgos propios de cada persona, evitando cicatrices visibles y protegiendo la salud ocular. El cambio más importante ha sido la adopción de técnicas menos invasivas y más conservadoras, buscado una preservación de mayor cantidad de tejido en el párpado y evitar ojos «vacíos” o esqueletizados», explica el doctor Galo Chacón Pazmiño, en Guayaquil, un especialista en realizar ese tipo de operaciones.

El envejecimiento provoca cambios. En  párpados superiores son por  exceso y colgamiento de la piel del párpado, que ocasiona  cambios estéticos, alteración del campo visual del paciente y fatiga ocular por el peso que el exceso de piel representa para el párpado.

En párpados inferiores, la laxitud de las estructuras fibrotendinosas que aparecen con la edad provoca dos cambios: 1) la grasa orbitaria, que ocupa gran parte de la órbita, se hernia hacia adelante, haciéndose visible en la piel y dando lugar a las conocidas “bolsas”. 2) el estiramiento y colgamiento de la piel, músculo orbicular y tendones de los párpados dan lugar a arrugas, pliegues y un descenso del párpado inferior.

Para minimizar las cicatrices, las incisiones se realizan en las líneas naturales de los párpados superiores y justo debajo de las pestañas en los inferiores, separando piel y músculo de la grasa subyacentes. Extirpando el exceso de grasa y piel, y si es necesario músculo.

Se realiza habitualmente con anestesia local, y se usa sedación intravenosa para mayor confort. La duración de la cirugía es variable, entre 45 minutos y 2 horas. La recuperación se caracteriza por la aparición de edema, que mejora con la aplicación de compresas frías durante los primeros días, y equimosis o morados que en dos semanas desaparecen sin usar nada o puede acelerarse su absorción aplicando cremas. Es habitualmente indoloro, de recuperación rápida, y no requiere de ingreso hospitalario por ser cirugía ambulatoria, retornando el mismo día a su casa.

La intervención pasa desapercibida en la mayoría de los casos. Al paciente se le nota más rejuvenecido, con mirada fresca, no cansada.

Los más jóvenes de 30 años, se operan cuando aparecen bolsas de forma precoz bajo los ojos por razones genéticas o patologías de base. En ellos se realiza una incisión transconjuntival, en el interior de la conjuntiva de los párpados, sin dejar cicatrices visibles y resultados permanentes.

Después de la operación se debe evitar: Tensionar la piel de la zona o de los alrededores. El uso de lentes de contacto mínimo 14 días. Hacer deporte o ejercicio físico que implique el movimiento de la piel. Deportes acuáticos.

Después de la operación pueden aparecer pequeñas molestias, como sensibilidad a la luz. La recuperación es sencilla y rápida si se siguen las indicaciones. Después de 5 a 7 días se retiran los puntos. Las cicatrices serán perceptibles durante las primeras dos semanas, volviéndose prácticamente invisibles a partir del sexto mes.

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