Quinta baja en gabinete de presidenta del Brasil

El Gobierno de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, sufrió el miércoles su quinta baja en ocho meses y medio con la renuncia del ministro de Turismo, Pedro Novais, acosado por denuncias de corrupción y supuestos abusos con dinero público.

Novais es el quinto miembro del gabinete que Rousseff pierde desde que asumió el poder, el 1 de enero pasado, y es el cuarto que sale por sospechas de corrupción luego de los titulares de la Presidencia, Transportes y Agricultura.

Además, el exresponsable de Defensa, Nelson Jobim, se apartó por diferencias con el Gobierno.

El exministro se reunió brevemente con Rousseff a quien le entregó una escueta carta de 41 palabras en la que señala: «Cumplo el deber de pedirle mi salida del cargo de ministro de Turismo…», sin citar las causas de la renuncia, y concluye con una manifestación de «elevada consideración y respeto» hacia la mandataria.

Denuncias contra Novais
Entre el 2003 y el 2010, el ahora exministro de Turismo ocupó un escaño de diputado en representación del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el más influyente de la coalición gobernante junto con el Partido de los Trabajadores (PT).

En enero pasado, asumió tocado por denuncias de que había cancelado con dinero de la Cámara baja una fiesta con prostitutas en un motel.

Novais negó la fiesta pero admitió el pago que atribuyó a un «error» del personal que lleva su contabilidad y reintegró el dinero al Congreso.

El martes el periódico ‘Folha’ de Sao Paulo denunció que, mientras fue diputado, Novais mantuvo en su casa una empleada de servicio que era pagada con dinero de la Cámara baja y que luego fue contratada como recepcionista del Ministerio de Turismo por la empresa Visao Administracao, que dota de empleados administrativos a ese despacho.

La polémica aumentó el miércoles cuando también ‘Folha’ afirmó que la esposa de Novais, María Helena de Melo, tiene a su servicio como chofer particular a un funcionario de la Cámara de Diputados cuyo salario también lo paga el Parlamento.

‘Limpieza ética’ de Rousseff
Aunque la mandataria brasileña ha rechazado la frase «limpieza ética» que la prensa local usa para calificar su firmeza ante la corrupción, la jefa de Estado dio una nueva muestra de que no permitirá que los abusos manchen la imagen de su Gobierno.

Lo hizo en un acto público cuando dijo a periodistas que preguntaron sobre la situación del ministro que «primero se le pedirán las explicaciones necesarias y después se evaluará la situación, para luego tomar las medidas pertinentes».

Según fuentes políticas esa declaración de la jefa de Estado le dejó claro a Novais que ya no tenía respaldo en el Gobierno, lo cual le llevó a presentar la renuncia y evitar así la creciente posibilidad de ser destituido.

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